El novillero peruano permanece ingresado en Sevilla pero asegura su presencia en Nimes
Íñigo Crespo “Me duele no estar en las cinco novilladas que me voy a perder, me hacía mucha ilusión torear en plazas como Albacete, Salamanca o Dax, pero mi gran reto y mi objetivo es estar en mi alternativa el próximo 19 de septiembre. Ahí quiero estar. Me tendría que quedar sin los dos brazos para no estar”. Así explica Roca Rey su estado anímico tras el percance sufrido en Villaseca de la Sagra el pasado lunes. “Me di cuenta muy rápido de que iba herido porque aunque el pitón apenas rompió la taleguilla, por dentro me quemaba mucho la pierna. Lo del dedo no tengo muy claro cómo se produjo pero creo que fue al caer cuando se me dobló contra el suelo”, recuerda sobre el momento de la cornada.
A pesar de tener la alternativa a un paso, el compromiso de Roca Rey consigo mismo y con la profesión, le impidió aliviarse o quitar el pie del acelerador y apretó con el sexto novillo de Flor de Jara. “Sabía que la condición del novillo no era buena pero había que exponer y dar la cara. Villaseca es una feria importante de novilladas, estaba la televisión en directo y había que entregarse al máximo. No entiendo esta profesión sin entregarse a tope cada tarde”, explica.
Tras levantarse del suelo tras la voltereta que le hirió, el novillero peruano reconoce: “Me asusté bastante porque me vinieron a la cabeza las novilladas que tenía en Albacete, Salamanca, Dax y la alternativa. La cornada no me preocupaba porque con calmantes la podía superar, pero no sentía el dedo, tenía calambres… eso sí era más preocupante”.
Tiene diez días hasta ese 19 de septiembre en Nimes, junto a Enrique Ponce y Juan Bautista. Alternativa de lujo, un sueño. Un escenario único. “Me siento como un soldado romano que está esperando reaparecer en el Coliseo. Mi mente sólo piensa ya en ese día y en Logroño, donde debutaré como matador de toros. Me motivan mucho las dos fechas”, concluye.
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