El murciano volvió a destacar en una plaza de primera, sobreponiéndose a las volteretas y a su lote; Ricardo Torres saludó una ovación y Paulita estropeó su regusto con la espada frente al sexto

La parte torista del serial, junto a la novillada de Los Maños, llegaba esta tarde al serial zaragozano en la antepenúltima de la Feria del Pilar. Un serio encierro de Adolfo Martín, con sus pitones cornivueltos y sus caras amenazantes, llegaba a La Misericordia para que Rafaelillo, Paulita y Ricardo Torres, terna de toreros veteranos, se entendieran con ellos.
Alegre fue el saludo a la verónica de Rafael Rubio al primero de Adolfo, de imponente estampa, recibiéndolo con dos cambiadas de rodillas y una buena media de remate. Buscando las tablas fue "Sevillano” cuando entró al jaco, con un tranco andarín, el mismo que mostró en los pares de José Mora y Pascual Mellinas y en la lidia de Álvaro Oliver. En el centro del anillo se puso el murciano para recibirlo por la mano diestra, pero no pareció hacer caso el toro tras el primer encuentro muleteril. Dormido estuvo el astado cárdeno hasta que le echó mano al torero en un pase de pecho, en una fortísima voltereta de la que se dolió poco después. Profesional estuvo en las siguientes tandas, ya sin chaquetilla, para plantarle frente al zorrón toro. Aburrido se puso cuando Rubio quería meterle la espada para dejar media en primer lugar y caer tras varios intentos. Fue ovacionado.

Con pellizco a la verónica recibió Paulita al tercero de Adolfo, permaneciendo firme ante un tranco noblón de salida que fue cambiando de comportamiento conforme iba avanzando la lidia. Tuvo que provocarle aguantándole Paulita en la primera tanda por el pitón izquierdo, quedándose muy corto el de Adolfo, al que cada vez le costaba más meter la cara. Firme intentó estar Antonio, pero fue imposible ante las coladas del toro. Una estocada efectiva acabó con él.
Rafaelillo se estiró a la verónica en garboso recibo al cuarto, un toro que fue largo de inicio; antes, le recetó dos cambiadas de rodillas bien caladas entre el respetable maño. Tras brindar a Luis Miguel Rodríguez y Carmen Martínez Bordiú, se estrelló contra un toro pasador sin más al que macheteó de inicio para domeñarlo y que se le esfumara el genio que llevaba en sus entrañas. Dominada su condición, se puso a torear por ambas manos sin mirar el tranco geniudo del toro. En un remate, el toro le echó mano para voltearlo feísimamente y dejarlo pálido y sin aire tras el golpe. Se puso de nuevo a torear para, con la espada dejar una estocada que le valió para que el toro cayera.
Había que hacerle las cosas muy bien al cornipaso quinto, un toro que pareció humillar de salida y comportarse bien en el caballo pero cortar a los de plata en el tercio de banderillas. Tuvo que echarse hacia adelante Ricardo Torres en la faena, pues debió atacar al cárdeno. Detalles finales dejó antes de matar al toro de estocada entera.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Misericordia, Zaragoza. Sexta de la Feria del Pilar. Corrida de toros.
Seis toros de Adolfo Martín, bobalicón sin clase ni espíritu ni poder el primero, codicioso, humillado y serio en su embestida el buen segundo, reponedor y a la caza el orientado tercero, complicado y sin pasar del embroque la prenda cuarta, agarrado al suelo y remiso el manso quinto, soso y sin entrega el deslucido sexto.
Rafael Rubio "Rafaelillo”, ovación tras aviso y oreja.
Ricardo Torres, silencio y ovación.
Antonio Gaspar "Paulita”, silencio tras aviso y ovación tras aviso.
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