Escultural media verónica de Morante en la Mestranza JOAQUÍN ARJONA |
Sevilla abraza este Domingo de Resurrección al hijo pródigo. Morante de la Puebla vuelve al gran escenario de su plaza de la Maestranza dos años después. Un 29 de septiembre de 2013 pisó por última vez el albero a la vera del Guadalquivir. Estalló aquel invierno la guerra. El hoy extinto G-10 reaccionó con furia a unas feas declaraciones de Eduardo Canorea, y las figuras liaron el hatillo y no volvieron. José María Manzanares fue el primero en regresar el pasado año y hacer las paces con la empresa Pagés, ahora ya en manos al cien por cien de Ramón Valencia.
Morante puso como condición sine qua non para reaparecer en ese gran teatro de los sueños que es la Maestranza que se alisara el ruedo, que se eliminase el abombamiento, la montañita que se elevaba en el centro. Así se ha hecho y así el genio de la Puebla se ha anunciado cinco tardes en el abono sevillano de 2016. Una nueva era para la dañada cuna del toreo: la afición ha acusado no sólo las guerras intestinas entre figuras y empresarios, sino también una política de precios, gestión y promoción ajena a los tiempos. La Real Maestranza ha seguido, y sigue, cobrando un canon cercano al 25% a Canorea y Valencia; hoy sólo y oficialmente Valencia.
Todo se olvidará este Domingo de Resurrección -retransmitido por primera vez por televisión; la señal de Canal Plus Toros desvirgará una fecha cargada de misterio- cuando se cuelgue el ansiado cartel de «no hay billetes».
Morante, el último genio de la verónica, no está solo. José María Manzanares -el novio de Sevilla se anuncia tres tardes en 2016 frente a las cuatro de 2015- y Alejandro Talavante acompañan al genio de la Puebla. Talavante -arrucinas al margen- pasa por el mejor momento de su carrera. Su toreo se ha pulido de tal modo que ahora es esencia y naturalidad, embroque y profundidad. Que Resurrección sea su única tarde en Sevilla responde al género absurdo. Como a José Antonio Morante, le apodera la FIT, esa potente creación del multimillonario mexicano Alberto Bailleres; José María Manzanares es por su parte el torero estrella de los muchos de Matilla.
La Puerta del Príncipe no es ajena a ninguno de los tres matadores. Morante de la Puebla la conoció en 1999 y Talavante en 2007. Pero el rey de la Puerta del Príncipe es Manzanares: tres salidas a hombros por el Paseo de Colón jalonan la trayectoria del consentido de la afición sevillana, como dicen por México. Probablemente la más recordada sea la del 29 de abril de 2011: el indulto de Arrojado, el toro de Cuvillo que figura desde entonces en los anales de la Maestranza, la convirtió en histórica.
La ganadería de mañana sin embargo viene desde Salamanca: en torno a los toros de Garcigrande y Domingo Hernández girarán las musas encargadas de descerrajar el mejor abono maestrante de los últimos años: vuelven todas las figuras.
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