jueves, 17 de marzo de 2016

Roca, Rey en Valencia

Excelente tarde del peruano, tres orejas y puerta grande tras toda una exhibición de entrega y ambición sin límites / Talavante no se rinde y pasea un trofeo de una mala corrida de Victoriano del Río


Ángel Berlanga
Fotos: ARJONA

La tarde estalló en el cuarto, al que Roca le cortó las orejas tras una faena de enorme mérito y exposición. Respondió el peruano con caleserinas -lo mejor fue la media de remate- al quite por delantales que hizo Talavante. Brindó al público y abrió faena con pases cambiados por la espalda y una arrucina ligada a un cambio de mano y a otro de pecho que provocaron la efervescencia del público. Soberbia fue también la primera serie sobre la derecha, ligando en un palmo, dejando la muleta puesta en la cara y obligando a repetir al manso castaño de Cortés. Buena resultó también la segunda por ese pitón, sacándose la embestida por detrás y ligando todo con un cambio de mano eterno. Siguió el diapasón con la zurda, toreando por abajo, exigiendo al animal, gobernando su embestida. El final por arrucinas, con el toro pegado a tablas, puso a la gente en pie. Se inventó la faena. Y conquistó Valencia. Bernadinas, estocada atracándose de toro y dos orejas del tirón.

Con gaoneras recibió Roca al burraco sexto. Descaro y desparpajo en el recibo. Y valor. Con rogerinas puso en suerte ante el caballo al animal, que se empleó y empujó bien en la primera vara y se arrancó con alegría en el segundo encuentro. Replicó Roca al quite de Talavante. Lo hizo con chicuelinas combinadas con tafalleras. Tras brindar de nuevo al respetable, deslumbró con un inicio de rodillas que puso al público al rojo vivo. Nueva réplica al extremeño, que en el toro anterior arrancó de igual guisa. Luego, la muleta en la cara fue la solución que aplicó para tratar de retener al animal en sus constantes huidas. El de Victoriano se rajó a las primeras de cambio, pero ello no fue óbice para que Roca siguiera exhibiendo su entrega sin límites. Una serie de naturales de rodillas dio fe de ello. Mató de estocada y sumó un nuevo trofeo a su esportón.

El segundo manseó con descaro durante los primeros tercios. Trajo de cabeza a las cuadrillas con sus arreones y oleadas. Roca prologó la faena con estatuarios, captando de inmediato la atención del público. Lo mejor llegó en ese inicio y en la primera serie diestra, en la que sujetó al toro, que repitió con emoción. Un cambiado por la espalda ligado todo seguido a un cambio de mano y el de pecho pusieron el coso en ebullición. Sin embargo, el de Victoriano de inmediato dijo nones y se fue a tablas. Allí siguió el peruano, con el toro completamente rajado y huyendo hasta de su sombra. Valor a raudales de Roca, inteligente y aprovechando las querencias del animal, al que mató de estocada desprendida y trasera. Hubo petición de oreja y saludó desde el tercio.


TALAVANTE NO SE RINDE: OREJA AL QUINTO
El quinto, una mole de casi 600 kilos, derribó con estrépito en el primer puyazo. Un par de verónicas de Talavante poniendo al toro en suerte tuvieron usía. Roca entró en su turno y quitó por el mismo palo, luciendo especialmente en la media de remate. Talavante, picado tras el triunfo de Roca en el toro anterior, hincó las rodillas en el suelo en un inicio de faena brutal, arrollador.

En uno de los muletazos por alto fue trompicado por los cuartos traseros del animal y, sin inmutarse, volvió a echarse de hinojos para ligar una serie de derechazos, relajada la figura, coronada con un gran pase de pecho también de rodillas. La plaza se puso en pie. Era el triunfo de la competencia, el pique entre dos toreros. Luego, Talavante alternó las series sobre ambas manos aprovechando con recursos y agallas la bruta y deslucida embestida del burel, que si acaso ofreció más opciones por el pitón derecho. Conjunto de más a menos epilogado con una estocada desprendida. Oreja.

El primero se acostó de salida por los dos pitones, impidiendo el lucimiento de Talavante. Roca Rey, en su turno, quitó por fafalleras y el toro, que apretó en banderillas, prendió espectacularmente a Santi Avevedo en el primer par. Espeluznante la voltereta, haciendo presa el de Victoriano en el suelo e hiriendo al de plata en el glúteo. Talavante, decidido, abrió el trasteo con un pase del cartucho de pescao en los medios. Luego, alternó impertérrito las series por los dos pitones a pesar de las complejidades del viento y del animal, que tuvo movilidad y repetición pero embistió sin entrega. Lo mejor llegó sobre la zurda dentro de una labor en la que la limpieza no siempre fue posible. Valiente el extremeño, que remató con manoletinas antes de marrar al primer viaje con el acero y enterrar después una estocada de buena colocación pero lento efecto. Sonó un aviso, dobló el toro y el diestro fue invitado a saludar.


Un quite por chicuelinas de Talavante y, especialmente, otro por saltilleras de Roca Rey fueron los pasajes más destacados del primer tercio de la lidia del tercero, un bonito negro salpicado que se empleó con fijeza en el primero de los dos puyazos. Brindó al público Talavante, que arrancó por estatuarios en el tercio. Le costaba salirse de los vuelos al toro en las primeras series sobre la zurda. Sin embargo, de vuelta a la diestra, pareció humillar y responder mejor cuando más le bajó la mano el extremeño. Pero todo fue un simple espejismo y la faena nunca tomó verdadero vuelo. A menos el animal y Talavante, valiente pero sin brillo en su afanoso quehacer, falló a continuación a espadas.
Valencia, 17 de marzo de 2016. Séptimo festejo de la Feria de Fallas. Toros de Victoriano del Río -1º, 4º y 5º con el hierro de Toros de Cortés-. Bien presentados aunque desiguales de volúmenes. Corrida mansa, áspera, correosa, con movilidad pero sin clase ni entrega. Alejandro Talavante, ovación con saludos tras aviso, silencio tras aviso y oreja; y Andrés Roca Rey, ovación con saludos tras petición, dos orejas y oreja tras aviso. Entrada: Algo más de tres cuartos de plaza. Brilló con los palos Iván García, obligado a saludar en el sexto tras dos pares excelentes.

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