jueves, 19 de mayo de 2016

Carta abierta de César Pastor a El Pana


AL TORO MÉXICO.COM

Admirado torero, sirvan estas líneas para decirte que lamento profundamente por los momentos que estás pasando. En verdad lo lamento como miles de aficionados y compañeros toreros de todo el mundo que reconocemos tú épico e inolvidable paso por los ruedos.

Confesarte también que doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de haberme puesto en tu camino y así "rivalizar" en los ruedos de la Plaza México cuando novilleros (1978) y en la Plaza "Calafia"de Mexicali, ya de matadores (1983), pues en ambas temporadas y gracias a esa rivalidad pudimos provocar pasión en los tendidos y con ello escribir páginas de triunfos inolvidables que aún recuerdan los aficionados "panistas" y "pastorcistas".

Reconozco que no "nos llevamos" por mucho tiempo, pero te confieso también que nunca he dejado de reconocer lo gran torero que has sido, amén de tu recia personalidad y gran carisma. Pero sobre todo, lo que más he admirado en ti es que, a pesar del gran veto que te impusieron las figuras de nuestra época y que con ello provocaron sacarte de las ferias principales y arrumbarte a los pueblos de Dios, así como a condenarte a torear muy poco y no lo que tú te merecías, nunca claudicaste y seguiste siendo fiel a tu vocación torera, a pesar de los pesares...

Por eso creo que Dios nuestro Señor te concedió "el milagro" al destinarte al toro "Rey Mago" en la tarde de tu despedida en la Plaza Monumental México, toro que cambió tu vida. Por esa pasión y amor a tu profesión; por esa forma de ser fiel a tu vocación; por esas "genialidades", por tu personalidad con aroma añeja y romántica. 

Por todo ello,  siempre te he admirado y respetado. Creo que Dios nuestro Señor vio como superaste con torería y orgullo tu azarosa y fatigosa vida cuesta arriba y por ello te mandó "ese milagro" y así te concedió vivir y disfrutar de las mieles del triunfo en el toreo, y muy merecido por cierto.

Hoy al saberte postrado y con una expectativa de vida que no te mereces, le pido a Dios nuestro Señor te conceda otro "milagro". Que te conceda recuperarte lo más posible y así valerte por ti mismo, para que vivas tus últimos años, aunque eso sí….sin poder torear.

Y si no fuera así, ¡qué Dios te conceda morir como tú deseabas, torero hermano! Con admiración y respeto, Dios te bendiga a ti y todos los tuyos.

César Pastor.

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