lunes, 28 de noviembre de 2016

Buena tarde de Rivera y Flores en la confirmación de Garrido en La México

Los toreros aztecas se repartieron tres trofeos y el extremeño se fue de vacío 


José Garrido
José Garrido - Luis F. Hernández
 
EFE México

Los mexicanos Fermín Rivera y Sergio Flores, que cortaron una y dos orejas respectivamente, han tenido una tarde importante y dieron realce a la cuarta corrida de la Temporada Grande en la Monumental Plaza México, mientras que el español José Garrido, que confirmó la alternativa, no ha podido manifestarse ante un mal lote.

Los diestros aztecas han mostrado que se encuentran en un momento importante. Fermín, con elegancia, con un toreo de gran desparpajo, hizo gala del buen toreo bueno. Por su parte, Sergio le dio la respuesta, con el mejor toro, de no dejarse ganar la pelea. Toreó con disposición y con un trazo de gran dimensión y ligazón que calaron.

Con una entrada calculada en unos siete mil aficionados, se lidiaron seis toros del hierro de El Vergel. El mejor fue el quinto, con movilidad en el recorrido y buen son. Se dejaron el segundo y cuarto y sin muchas opciones, primero, tercero y sexto.

Garrido, debutante en la Plaza México, estuvo bien con el capote en el primero y realizó un trasteo sin llegar a conectar con el público. Debido a las malas condiciones de la res, mató pronto, silencio. Con el sexto, estuvo apurado con el capote y machacón, pero no pudo sacar nada. Silencio.

Rivera cuajó dos faenas con una gran dosis de elegancia, por su soltura y su claridad en el trazo. Al segundo lo metió a la muleta hasta realizarle la faena. Mató de medias y dos descabellos para saludar en el tercio. Se creció en el cuarto, el mejor toro, pero Fermín dejó claro sus alcances. Mató de estocada y la res tardó en doblar. Recibió una oreja y el visto bueno del público.

Flores, con el tercero, no tuvo ninguna opción, pese a que lo lidió y cuidó, pero no tenía un pase y lo mató pronto, silencio. Se desquitó con el quinto y lo toreó bien con el capote. Realizó un trasteo con fondo, pues daba profundidad a los muletazos y coronó todo ello con una gran estocada que partió en dos a las res. Fue premiado con las dos orejas y con su correspondiente salida a hombros por la Puerta del Encierro.

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