Tuvo que hacer fila y se inscribió Toros y Ciudad, un ciclo de tres festejos que se lleva a cabo en el mes de octubre en Manizales, en el que se sortea uno, solo uno, de los cupos para la temporada
 
JUAN GUILLERMO PALACIO / FOTO: JAVIER BAQUERO 
En
 el último lustro, las puertas de las principales ferias se le venían 
cerrando; en Bogotá, plaza que fue sellada ilegalmente por la autoridad,
 y en Cali, Manizales y Medellín, donde no le daban la oportunidad de 
torear.
El tiempo pasaba velozmente y sus éxitos parecían ser un asunto del pasado: Lenguazaque 2009 y Bogotá 2006, 2010 y 2011. El peso de cinco años sin éxitos importantes que mostrar, ya lo empezaba a angustiar.
Tuvo
 que hacer fila y se inscribió Toros y Ciudad, un ciclo de tres festejos
 que se lleva a cabo en el mes de octubre en Manizales, en el que se 
sortea uno, solo uno, de los cupos para la temporada principal. Ramsés 
se lo ganó y rompió el velo de cuatro años de no ser contratado en una 
feria de primera categoría. De no figurar.
En
 Cali, hace apenas dos semanas, dejó constancia de que pasaba por un 
buen momento, pero una espada le llevó la contraria y le arrebató la 
puerta grande.  
Por eso se veía ansioso en el patio de cuadrillas antes de desfilar. Las imágenes del aislamiento forzoso se proyectaban de forma rotativa en su inconsciente. Pasar inédito era una nueva condena al ostracismo. 
Verlo mantener el control escénico como si fuese un veterano oficial español, fue conmovedor.
Los
 puristas estarán exhibiendo en los tertuliaderos el listado de acciones
 que debe mejorar… "El chino debe leer mejor las distancias, ser más 
templado y tiene que afinar los quites”. Les debe costar trabajo 
reconocer que esta versión de Ramsés, vista en conjunto, es la más 
cercana, la que menos se diferencia de la manera de pisar un ruedo que 
tiene un torero español. No es que por eso sea mejor o peor que los 
demás toreros nacionales, es solo que el gesto original (el andar, la 
forma de desplazar la muleta y acompañar la embestida) le fluye con más 
naturalidad.
Por
 eso fue capaz de llenar el vacío que dejaron sus compañeros de cartel, 
figuras indiscutibles del escalafón. Lo que no dio esta vez Miguel Ángel Perera,  quien se fue perdiendo en el bache, ni lo que se le extravió a Pablo Hermoso en
 esta temporada, la magia, lo expresó el bogotano con contundencia y 
naturalidad. Uno le cree cuando compone la figura vertical, clava el 
mentón y saca la muleta por detrás en el último instante para desviar al
 toro y permanecer ileso.
Tuvo Ramsés el mérito de componerle una faena larga a su segundo ejemplar;
 un toro escaso de fuerza al que el diestro colombiano le reparó el 
motor. Es un gesto que no solamente a El Juli se le debe reconocer.
Miguel Ángel Perera pasa por un bajón. Tuvo
 buenos inicios, de trazos largos y toreo profundo, especialmente al 
natural, pero con el paso del tiempo sus faenas se fueron desvaneciendo.
Pablo
 Hermoso sigue siendo un creador iluminado, un genio. Cuartea con 
solvencia, hace piruetas y clava las banderillas en la cima. Pero los caballos de este Tour América 2016-2017, a excepción de Disparate, aún no inducen a no pestañear.
 Eso, la poca movilidad del primer toro, el fallo con el rejón de muerte
 y las cojeras del sexto y del sobrero, le interrumpieron otra vez la 
sana costumbre de triunfar.
Ramsés se la tiene que creer. Cumple el primer requisito que debe tener un torero, que es parecerlo.
FICHA DEL FESTEJO
62ª.
 Feria de Manizales. Segunda corrida. Sábado 7 de enero del 2017. Cielo 
despejado, tarde fresca. Más de ¾ de asistencia. Se lidiaron toros de Juan Bernardo Caicedo, muy bien presentados, con cara y musculatura. Cuatro negros y dos hermosos jaboneros.
Destacados
 el segundo que tuvo duración y siempre fue a más. Ovacionado el 
primero, al que no Ramsés no le encontró la distancia. Al segundo le 
duró poco su buena condición y tercero y quinto mansearon. El sexto fue 
cambiado por otro cojo.
Ramsés: oreja con petición de la segunda; orejas y vuelta al toro.
Miguel Ángel Perera: oreja y silencio.
Pablo Hermoso: silencio y leves palmas.
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