sábado, 21 de enero de 2017

En el horizonte de los toros en TV aparece Tauro Broadcast, al estilo de lo que ocurre con el fútbol

Una iniciativa del hijo del mandamás del fútbol

En tanto sus dueños deciden definitivamente que es lo que quieren hacer con el canal de pago Movistar Toros de cara a la temporada inminente de 2017, en el horizonte aparece una sociedad de nueva creación con el nombre de Tauro Broadcast, que dice estar interesada en adquirir los derechos audiovisuales de la actividad taurina. Complicada operación, sobre todo si se trata de seguir el modelo que rige en el caso del fútbol, que es lo que hizo rico a los dueños de Mediapro y supuso la principal vía de financiación para los clubs. Se trata de dos economías tan radicalmente diferentes en todo, incluso en audiencias potenciales, que no se advierte ni una coincidencia relevante par seguir el mismo modelo. 
Mientras que Telefónica y su Movistar TV no terminan de decidir qué van a hacer  durante 2017 con su canal de pago dedicado a los toros, en el horizonte se divisa un posible grupo interesado en entrar en este mundo nuestro.

Según adelantó vozpopuli.com, el confidencial que dirige Jesús Cacho, y luego amplió en algunos aspectos informativos el semanario Aplausos,  la empresa de muy reciente creación  Tauro Broadcast está interesada tomar parte en el negocio de los derechos audiovisuales taurinos.

La nueva empresa ha sido constituida por Javier Tebas Llanas, hijo del actual dirigente ejecutivo de la Liga Profesional de Futbol, que con Jaume Roures –el dueño de Mediapro-- controla los derechos audiovisuales del deporte rey, con los han conseguido una operación rentabilísima, al cederles luego parte de su explotación a Movistar TV, y a su vez han resuelto ni pocos problemas a los clubs españoles.

La intención de Tauro Broadcast es salir a la compra de los derechos de imagen a los principales toreros, ganaderías y empresas, para después repetir la operación del fútbol:  revenderlos a las televisiones. De hecho, según algunas fuentes, ya han comenzado las negociaciones con los titulares de tales derechos audiovisuales de cara a la inmediata temporada de 2017.

No se sabe aún en qué medida esta iniciativa de Tebas puede prosperar y en que medida pueda afectar a Movistar Toros, cuando aún ni en Telefónica ni en Movistar TV se han tomado sus decisiones definitivas para la inminente temporadas, tras la salida de Manolo Molés. 

Así como en los meses pasados se multiplicaban los rumores a este respecto, en las últimas semanas se han acallado y nada trasciende de las decisiones que puedan estar estudiando en Movistar TV, cuando se ha modificado su estructura directiva con la salida de su hasta ahora presidente, Luis Blasco.

Los toros no se parecen al fútbol

Pero sea cual sea el futuro de la nueva empresa, una cosa convendría descartar desde el principio: a efectos de derechos audiovisuales  en nada se parecen el mundo del fútbol con el planeta de los toros. Ni en dimensión económica, ni en la singularidad de sus participantes.

Pensar que al conjunto de partícipes en un espectáculo taurino los derechos audiovisuales vana suponer el 70% de sus ingresos, como ocurre en tantos y tantos equipos de fútbol, resulta sencillamente una utopía. Primero, porque en el mundo del toro no hay una Liga Profesional que aúne los intereses de todos; pero, además, porque en los tiempos actuales resulta impensable que un gran anunciante pague una importante cantidad para erigirse en patrocinador de una temporada íntegra, como ocurre en el fútbol.

Se dan, además, otras muchas diferencias. Sin ir más lejos, una mayoría de los recintos taurinos son propiedad de instituciones publicas o privadas, no de los empresarios que las explotan, por lo que también reclamarán sus derechos. En el futbol la propiedad de las instalaciones coincide en la práctica totalidad de los casos con el club de referencia. 

Pero la más importante, debe insistirse, radica en la desunión de las distintas profesiones que concurren en la Fiesta de los toros. Ninguno de esos segmentos goza de una representación única, sino que aparecen fraccionados. Y además entre todos ellos se da un profundo sentido individualista. Esta realidad nos aleja aún más del caso del futbol, en el que al final basta entenderse con la Liga Profesional y, como mucho, con la Federación. El reto lo resuelven entre ellos en su ámbito interno.

Y por si fuera poco hay que contar con el profundo desinterés de las cadenas generalistas de TV --ya púbicas, ya privadas-- por el mundo del toro.

Por tanto, pensar que con la formula que quiere aparecen en el horizonte a nombre  de Tauro Broadcast resultará muy complicado y difícil construir un nuevo imperio mediático y económico  como el  que Jaume Roures y Tebas han construido sobre el futbol profesional. Aquí hay muy poco margen para dar eso que se denomina “un pelotazo”.

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