El sevillano corta tres orejas y una cada uno Luque y Joubert, los tres lidiaron una corrida bien presentada pero justa de raza
Jean Louis HauratAgresivo de pitones fue el primer toro del festejo, bien hecho pero justo de fuerzas que a pesar de todo acudió con prontitud a las telas de Escribano que lo recibió por verónicas sobre ambos pitones rematadas con una revolera.
Galleando por chicuelinas se lo llevó al caballo, aprovechando la buena condición del animal que tuvo su posterior réplica con un quite también por chicuelinas a cargo de Luque en su turno de quite. Escribano protagonizó un vibrante segundo tercio con un par cuarteando, otro de dentro afuera y un tercero en el que quebró al violín pegado a tablas. Con el ambiente a favor, comenzó su faena con varios pases cambiados por la espalda hilados a un cambio de mano y el del desdén que fueron lo más destacado en su inicio.
Después logró cuajar un trasteo sobre ambos pitones, labor aseada, donde lo mejor vino sobre el derecho pues por el izquierdo el toro no se entregaba tanto. Acusó el toro las fuerzas justas y ello condicionó el final de la actuación abrochada con manoletinas. Estocada de efectos rápidos y oreja.
Bien presentado el cuarto de la tarde y con celo en las telas, que peleó con buen son y calidad en el caballo. Mantuvo las buenas condiciones en el segundo tercio donde Escribano alcanzó el momento más intenso al protagonizar un tercer par al quiebro en tablas, en el que se dejó llegar al toro sentado en el estribo. Apuró los tiempos y las distancias en un embroque escalofriante burlando un seguro percance. Comenzó su faena de hinojos toreando por alto con emoción y brillantez, con entrega, y después compuso un trasteo por ambos pitones en el que lo más intenso y lucido lo cuajó en sendas tandas de toreo en redondo. Faena con poder, mandando sobre la embestida y trayéndose al toro con la muleta. Cuando se vino a menos el toro, decidió acortar distancias y concluir su actuación entre los pitones, con un toreo encimista. Estocada defectuosa y aviso. Dos orejas siendo protestada por el público la segunda. Ovación al toro.
Se acostaba acortando distancia por el pitón derecho el segundo de la tarde, un toro que peleó sobre todo en el segundo encuentro con el caballo con bravura y con el que Thomas Joubert se lució en el quite por caleserinas. Ante él, Daniel Luque firmó una faena seria, valiente, honda y sin concesiones a la galería con buenos momentos sobre el pitón derecho en el toreo en redondo y excelentes en el toreo al natural. La clave del trasteo y de la actuación de Luque con este toro fue el dominio de su embestida, llevándolo siempre por abajo con mando, poder y firmeza lo que sometió al toro en una faena importante. El de Gerena estuvo muy serio, rematando de estocada un tanto defectuosa que no impidió cortar un trofeo como premio a una importante actuación.
Salió el quinto con espectacularidad, barbeando tablas y con poder pero pronto descubrió su condición en el caballo protagonizando una pelea en la que se defendió sin clase alguna. Luque estuvo nuevamente firme como en su primero, cuajando varias tandas sobre la diestra en el inicio de faena ante un toro cuyo comportamiento empeoró a medida que transcurrió el trasteo. Con genio, defendiéndose, manseando el astado, finalmente se rajó cuando su matador cogió la muleta para torear al natural. Lo intentó en ese terreno Luque pero resultó imposible. Abrevió rematando defectuosamente con la espada. Saludó una ovación.
Manso y complicado resultó el tercero, muy ofensivo de pitones, que puso muy difícil cualquier posibilidad de lucimiento. Imposible en el recibo de capote, manseó en los dos encuentros al caballo.
Lo más destacado de estos dos primeros tercios se produjo en el quite de Joubert por chicuelinas rematadas con una larga que tuvo su réplica en Escribano toreando por caleserinas. El diestro francés quiso tener la última palabra en la contienda y en un nuevo quite por tafalleras resultó arrollado por el toro, quedando a merced del mismo de forma dramática. Él mismo se hizo el providencial quite con el capote librándose de un seguro percance. Aquerenciado el toro en tablas y sin intenciones de salir de este terreno, lo intentó Joubert por activa y por pasiva por ambos pitones. No lo logró. Porfió hasta la extenuación y finalizó su actuación con varios pases a favor de querencia para cuadrar al toro. Fallo reiterado con la espada. Pitos al toro y silencio al diestro.
Cerró el festejo otro ofensivo astado de Margé que no dio opciones al lucimiento con la capa ni peleó con bravura en el caballo. Quitó Joubert por chicuelinas en las que se volvió a apreciar la personalidad del torero de Arles. Con la muleta dejó muestra de su concepto del toreo, serio, hondo y sobre todo amanoletado en una faena que tuvo altibajos por la condición del toro. Los momentos más lucidos los firmó en varias tandas sobre la diestra aunque, sin duda, lo que más conectó con el público fue un final de faena toreando de frente a pies juntos al natural que sirvió de prólogo a un remate de faena con tres dosentinas y uno de pecho brillantes seguido de bernadinas rematadas con otro pase de pecho. Defectuoso uso de la espada y oreja tras una actuación donde dejó un buen sabor entre el público por su personal concepto del toreo.
Final con la puerta grande para Escribano al cortar tres orejas que fue el colofón a un festejo en el que los tres diestros gustaron al público por su seriedad ante el toreo, su concepto y su compromiso con el público.
Bayona (Francia), domingo 30 de julio de 2017. Toros de Robert Margé, cinqueños excepto el 4º y el 5º. Bien presentados, ofensivos, y mansos y justos de raza, en líneas generales. Manuel Escribano, oreja y dos orejas; Daniel Luque, oreja y ovación con saludos; Thomas Joubert, silencio y oreja. Entrada: Media plaza.
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