El venezolano Colombo corta la única oreja en la segunda de la Feria
Daniel Menés, con el Polifacético, el excelente segundo novillo de Zacarías Moreno - SERRANO ARCE
ROSARIO PEREZ Santander
«Polifacético» se llamaba. Y como su nombre fue, con múltiples facetas (buenas): la movilidad, la humillación, la nobleza, la calidad, ese viaje largo en el que se abría y permitía respirar entre muletazo y muletazo. Un gran novillo de Zacarías Moreno dentro de un notable conjunto, con alguna pintura y embestidas que brindaban el triunfo. En los medios se postró Daniel Menés para recibirlo de rodillas con una caleserina y variedad capotera. El madrileño quiso siempre, aunque no siempre fluyeron las teclas al compás de «Polifacético», que si sensacional era por el derecho, mejor aún por el izquierdo. Menés tenía a la gente de su lado, pero mató mal y lo que iba para premio se quedó en dos avisos. En el más feote quinto anduvo voluntarioso en otra labor mal rematada con los aceros.
Colombo saludó con desparpajo al primero, al que recetó numerosas chicuelinas y atacó en banderillas. Este «Diablillo» llegó a las telas defendiéndose con un brusco cabeceo hasta rajarse por completo y lanzarle un derrote que le arrancó literalmente el chaleco. El venezolano buscó las vueltas con solvencia al cuarto, otro animal potable pese a su contada fortaleza. El espadazo desembocó en una oreja bajo la lluvia.
A Pablo Mora se le adivinó un esperanzador estilo en el encastado y gran tercero, con el que dibujó unos buenos naturales y toreó con despaciosidad por la derecha, pero pinchó.... Otra vez se vislumbro su ilusionante concepto en el sexto, un mansote novillo que nunca debió aparecer según la tablilla y el programa: aquella raspa de nula presencia no era la reseñada.
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