VALENCIA: Oreja para Marcos y convicción de Toñete
Derechazo de Toñete al primero en la plaza de toros de Valencia I ALBERTO DE JESÚS
ISMAEL DEL PRADO > Valencia
Una oreja. Justo un año después. Con sus 365 días uno detrás del otro. Casi nada. Vida y media, Fallas mediante, entre ambas. Fue idéntico el balance. Pero en la balanza no pesan lo mismo. No deben hacerlo. Marcos, que se llevó el lote de la tarde -uno por enclasado aunque justo de fondo, el tercero, y otro, en bravo, el sexto- paseó ese único trofeo del último de una novillada desigual de El Freixo que, en manos más expertas, hubiera lucido mejor. Hubo otro lote mansurrón y aquerenciado, el de Jorge Rico -que aireó su aún lógico verdor-, y otro de pocas opciones, el de Toñete que, como el manchego, evidenció franca evolución.
Paso de primera, categoría, para ambos. Estuvieron a la altura de un escenario como Valencia. Si Marcos demostró mando, primero, y temple, después, con el bravo sexto, la firmeza de Toñete no le fue a la zaga. Con el peor lote, dejó clara su pétrea apuesta por estar y ser en este universo del toro.
Sin titubeos, le hizo las cosas con sosiego al ‘aviolentado’ primero y se metió un arrimón de ‘lexatin’ con el cuarto. Sesudo convencimiento. Sin mácula.
Así, como el Omega fue esta vez Alfa, hay que comenzar contando que cerró plaza un novillo más largo y hecho hacia arriba, fino de cabos, cornidelantero, que dejó exhibir las buenas condiciones con el capote de Marcos, que se fue a portagayola para saludarlo. Buenas verónicas después. Se dejó pegar en el caballo. Sensacional Sergio Aguilar en sus dos pares de banderillas. Inició por doblones junto a las tablas. Prólogo poderoso. También tuvieron mando las series posteriores en redondo a un gran novillo de El Freixo, que tuvo nobleza y mucho recorrido. Lo atacó de verdad. De mano baja, como la posterior tanda al natural. Limpios y largos, muy despacio algunos de ellos. El epílogo, por luquecinas. Se volcó sobre el morrillo sin pensárselo y hundió el acero hasta la yema. Sin puntilla. Oreja.
El colorado tercero, de lomo recto y cornidelantero, pero bastito de hechuras, permitió a Marcos estirarse a la verónica. Cuatro buenos lances meciendo el capote con suavidad y el remate por bajo. Buen tranco del novillo. Enclasado. Sobrio, pero soberbio, tercio de varas de Alberto Sandoval. Sin hacerse notar, pero perfecto, en el sitio y medido, en los dos puyazos. Cumplió el trámite en banderillas. Brindó Marcos al respetable y comenzó un trasteo basado en la mano derecha, donde el animal volvió a exhibir su buen son y profundidad. Sólo le faltó una brizna más de fuerza. Se echó la mano a la zurda y, por ahí, le pegó cuatro buenos naturales. Pero no hubo continuidad a esa tanda y Marcos optó por acortar las distancias para terminar entre los pitones. Silencio.
Rompió plaza un utrero castaño, de lomo recto, altote, cornidelantero, que echó las manos por delante en los de recibo, iniciados con una cordobina, y enganchó por dos veces el percal de Toñete. Empujó sobre el pitón derecho en el caballo, donde se le tapó la salida. Tomó un segundo puyazo, en el que se dejó pegar. Quite por chicuelinas de Jorge Rico, que replicó Toñete por gaoneras. Brindó al cielo y comenzó la faena entre las dos rayas sobre la derecha. Ahí planteó un trasteo donde la clave era dejarle la muleta muy puesta y sin tropezar al novillo, de embestida rebrincada, puesto que en cuanto le punteaba, se violentaba. Lo mejor del utrero fue su fijeza y repetición, que permitió al madrileño ligar las tandas y bajar la mano con temple en varios derechazos. Dos de pecho larguísimos, a la hombrera contraria. Pinchó y la posible opción de triunfo se esfumó. Ovación.
Más serio que sus hermanos anteriores, el cuarto, astifino, tuvo también mejores hechuras. Más bajo. No propició el lucimiento en la capa de Toñete y empujó sobre el izquierdo en ambos encuentros con el peto. Esperó y echó la cara arriba en banderillas tras el variado quite por tafalleras, cordobinas y brionesas de Rico. Brindó a El Soro. Tras un comienzo algo amontonado, supo darle ese paso extra en las tandas posteriores de una faena muy firme, llena de convencimiento y porfía con un novillo nada sencillo, exigente de verdad, orientado, que repuso siempre y tendió a soltar la cara. Cómodo en las cercanías en un arrimón final, que llegó al tendido. Dejó media en el sitio, no dobló el colorado y el tendido se enfrió por la demora, que provocó dos avisos. Silencio.
Más cómodo por delante, el acapachado segundo, a pesar de que tuvo
movilidad, le faltó algo más de recorrido en un saludo realizado por
delantales. Tendió a salir suelto de los engaños. Se le colocó largo
para el peto y empujó fijo sobre ambos pitones, sin embargo, volvió a
amagar con salir camino de las tablas. Se lo sacó a los medios con un
inicio, muy relajado, en el que destacaron tres buenos muletazos por
bajo. De buen trazo. Luego, se empeñó en plantear el trasteo en los
medios, cuando el burel pedía una lidia más en paralelo a las tablas.
Pese a ello, ligó las tandas -sin terminar de calar en el tendido- por
la movilidad del novillo, que siguió como loco por huir a la querencia.
Lo ‘despachó’ de estocada atravesada recibiendo y descabello. Ovación.
El quinto, con poco remate y bastote de hechuras, largo y ensillado, salió suelto de los engaños y obligó a Rico a pararlo en los medios. Empujó sobre el izquierdo en el caballo las dos veces y mantuvo ese defecto de querer huir de los engaños en busca de las querencias. Complicó mucho el tercio de banderillas, apretando lo suyo para dentro. Comenzó por doblones para someterlo, pero el animal mantuvo ese ímpetu en un trasteo en el que quizás el alicantino -poco curtido aún, pues apenas cuenta con una mano sus tardes con los del castoreño- volvió a pecar de buscar los medios, cuando el utrero, con cierto genio, pedía -calcado a su primero- torearlo en línea y en paralelo a las tablas. Intentos que no llegaron al tendido, fue silenciado.
Por fortuna, quedaba la irreverente bravura de un ‘Travieso‘ de El Juli para que Marcos con su trofeo pusiera cifras -eso que, como cantó Toñete entre actos, se pide hoy a los novilleros- a la segunda novillada de Fallas. Mañana será otra película. El toro espera. Sesión continua hasta San José. El primer pase, para Alcurrucén.
El quinto, con poco remate y bastote de hechuras, largo y ensillado, salió suelto de los engaños y obligó a Rico a pararlo en los medios. Empujó sobre el izquierdo en el caballo las dos veces y mantuvo ese defecto de querer huir de los engaños en busca de las querencias. Complicó mucho el tercio de banderillas, apretando lo suyo para dentro. Comenzó por doblones para someterlo, pero el animal mantuvo ese ímpetu en un trasteo en el que quizás el alicantino -poco curtido aún, pues apenas cuenta con una mano sus tardes con los del castoreño- volvió a pecar de buscar los medios, cuando el utrero, con cierto genio, pedía -calcado a su primero- torearlo en línea y en paralelo a las tablas. Intentos que no llegaron al tendido, fue silenciado.
Por fortuna, quedaba la irreverente bravura de un ‘Travieso‘ de El Juli para que Marcos con su trofeo pusiera cifras -eso que, como cantó Toñete entre actos, se pide hoy a los novilleros- a la segunda novillada de Fallas. Mañana será otra película. El toro espera. Sesión continua hasta San José. El primer pase, para Alcurrucén.
Plaza de toros de Valencia. Tercer festejo de la Feria de Fallas. Un cuarto de entrada. Novillos de El Freixo, desiguales de presentación y juego. El 1º, manejable, se violentaba al puntear los engaños; el 2º, mansurrón y aquerenciado, como el 5º, que, además, sacó genio; el 3º, enclasado pero justo de fondo; el 4º, exigente, orientado y reponiendo; y el 6º, gran novillo, humilló con clase y profundidad. | ||
Antonio Catalán Toñete, ovación y silencio tras dos avisos. Jorge Rico, ovación y silencio. Marcos, silencio y oreja. |
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