miércoles, 29 de agosto de 2018

Dimensión de figura de Luque, que sale en hombros con Mora y Herrero

CUÉLLAR Rotundo: tres orejas y rabo

Herrero, oreja en la plaza de toros de Cuéllar / MARCOS SANCHIDRIÁN
MARCOS SANCHIDRIÁN > Cuéllar (Segovia)
Daniel Luque aprieta cuando tiene hambre. Y ahora, está que devora. Por eso, quiso estar en Cuéllar después de coger la sustitución de Luis David, que a su vez se anunció en lugar de Álvaro Lorenzo. Y cortó tres orejas y un rabo: una tras faena rotunda a un torazo serio al que se arrimó como un jabato y el rabo tras cuajar de principio a fin a ‘Piragua‘, el toro de la tarde.
 
La segunda parte de la corrida de Lagunajanda fue de nota un año más. Por tercer año consecutivo se anunció en la Feria y no defraudó. El bravura del quinto fue premiada con la vuelta al ruedo en el arrastre, la infinita calidad del cuarto y la humillación y codicia del sexto propiciaron que David Mora, entonado al natural, y Javier Herrero, que imprimió clasicismo frente al que cerró la tarde, acompañaran a Luque por la Puerta Grande.
 
La tarde de Daniel Luque, que sustituía a Álvaro Lorenzo, fue rotunda de principio a fin. ‘Piragua‘, herrado con el número 47 apareció en el ruedo y en cada embestida, el animal se fue creciendo. Toreó bien con el capote el sevillano y en la muleta, el toro rompió a embestir por abajo cuanto más abajo le ponía la muleta. Faena de gran profundidad y mano baja. De torero grande. De poder absoluto. El cierre, entre los pitones del toro, y con sus luquecinas, junto al espadazo final le pusieron en sus manos las dos orejas y el rabo y ‘Piragua‘ fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. 

Muy serio, por veleto y astifino, con las puntas mirando al cielo de Cuéllar, el segundo levantó las palmas de salida. Dos pares importantes de Juan Contreras, había que tener arrestos para asomarse a semejante ‘balcón’. La música iba a sonar después de un inicio de faena sobre el que destacó un importante cambio de mano pero el sevillano mandó silencio. Intuía que la faena iba a ser de apostar.

 No tardó Luque en acercarse a los pitones para torear muy despacio, muy cerca, siempre al pitón contrario, muy para él. Entregado. Tanda superior por el izquierdo. Los pitones rozando la chaquetilla. Pinchó dos veces antes de dejar más de media estocada pero, aún así, hubo petición mayoritaria para conceder el primer trofeo de la tarde.

De pitones engatillados, el cuarto tuvo gran nobleza y calidad. David Mora instrumentó una faena que se basó en el pitón del toro, el izquierdo, y que tuvo compases importantes. Por el derecho le bajó la mano y lo exigió. El toro respondió humillando y yendo tras la muleta hasta el final. Dejó una estocada entera pero no cayó hasta que Mora no recetó un golpe de verduguillo y cortó dos orejas. 

El primer titular de Lagunajanda se partió un pitón en el encierro y en su lugar fue sorteado uno de La Glorieta. Noble y de buena condición, al que David Mora le cuajó una faena con fondo que no fue rematada con la espada. La estocada desprendida provocó que no fuese concedida la oreja y el retraso con el arrastre del toro redujo el premio a silencio.

Al tercero, Javier Herrero lo recibió a la verónica con buen aire para sacarlo al tercio. Con cuello pero más terciado, cualquier comparación con el segundo no tendría valor, se desplazó pronto pero con el defecto de no salirse de los vuelos. Muy pegajoso. El cuellarano toreó mejor cuando lanzó los vuelos sobre la mano izquierda y en alguno de pecho hasta la hombrera contraria mirando al respetable. Pinchó antes de dejar un estocanazo en la yema, que terminó con Herrero en el albero tras un revolcón terrible. Afortunadamente, el toro rodó y el torero pudo pasear un trofeo.

El aparatoso sexto se desplazó con buen aire en el capote de Herrero que firmó un buen quite a la verónica. Tuvo repetición, humillación y codicia el animal al que el segoviano dio distancia en cada tanda. Esta vez sí, pudo imprimir su clasicismo y toreó encajado en una faena que fue seguida con gran fervor por sus paisanos. El toreo a dos manos de cierre tuvo categoría. La espada cayó un punto contraría y hubo de necesitar el descabello, lo que redujo el premio a una oreja que volvió a asegurarle, un año más, la Puerta Grande de Cuéllar.

Hierro de Lagunajanda - España Plaza de toros de Cuéllar (Segovia). Cuarta de la Feria en Honor de la Virgen del Rosario. Un tercio de entrada. Toros de Lagunajanda y La Glorieta (1º bis), desiguales de presentación y de buen juego en líneas generales. Destacó el buen cuarto, el codicioso sexto y el excelente quinto, ‘Piragua‘, Nº 47, negro, fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. El sobrero primero, noble. logo-mundotoro-fichas-crónicas
David Mora, silencio tras petición y dos orejas tras aviso.
Daniel Luque, que sustituyó a Álvaro Lorenzo, oreja y dos orejas y rabo.
Javier Herrero, oreja en ambos.

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