sábado, 29 de diciembre de 2018

"No me siento estancado ni desgastado"

"Me alimento cada día de lo que soy, esa es mi motivación. Me siento renovado día a día", declara el torero de Chiva en una amplia entrevista en nuestra edición en papel

Ha vuelto a sentar cátedra, aunque eso no es novedad, en otro año de principio a fin, como siempre hicieron los grandes. Lejos de ceder terreno, Enrique Ponce sigue defendiendo con categoría y triunfos su estatus de figura de época. Sus números, esos que calibran la trayectoria de un torero, aumentan temporada tras temporada -“me sorprenden cuando me los dicen”, afirma-, y sus sensaciones, las que le renuevan la ilusión en el día a día, no pueden ser mejores. Con esos ingredientes, cuesta pensar que vaya a parar algún día. El Poncificado de Enrique ya va por los 28 años.

Las temporadas de Enrique Ponce se suceden sin solución de continuidad. De Europa a América y de América a Europa, de Castellón a la Plaza México. Un no parar de torear. Y entre medias, por si fuera poco, se exprime en el campo, de tentadero en tentadero, así durante casi treinta años, que se dice pronto. Es la forma que tiene de seguir alimentando una ilusión que parece no tener fin. Su 2018 ha vuelto a poner de manifiesto un compromiso de figura inquebrantable que le ha llevado a asumir citas en las principales plazas, ha dejado, además, un reguero de faenas sobresalientes, ahí están como muestra su doble comparecencia en las Fallas de su tierra o la tarde de septiembre en Nimes, y ha apostado, como viene haciéndolo los dos últimos años, por hacer un gesto ganadero con toros de Adolfo Martín. Su leyenda sigue creciendo. El suyo es un caso único de longevidad en el toreo.  

-¿Se le ha quedado alguna espina?

-Por mi manera de ver el toreo ahora, diría que no. Lo más importante es la actitud que se tiene ante el toro y en ese sentido yo he salido siempre a la plaza con ánimo y ganas. Luego, con los años, he aprendido a aceptar que no siempre las cosas salen como uno quiere, unas veces se triunfa y otras no, unas veces cuajas al toro y otras no porque no hay más donde sacar, pero con una actitud buena no puede haber espinas clavadas. 

-De Castellón a Jaén pasando por los dobletes en Valencia, Sevilla, Málaga, Bilbao, la tarde de Madrid… ¿Su compromiso sigue intacto?

-Por supuesto, he vuelto a asumir la responsabilidad de figura de principio a fin, ha sido una temporada de estar arriba, en todas las ferias y manteniendo un nivel alto en las faenas. Ha sido un año grande.


-¿Los años que lleva en activo no desgastan ni un ápice su ilusión?

-No es mi caso. Me alimento cada día de lo que soy, siempre salgo a la plaza con la ilusión intacta, pensando en quién soy y en lo que la afición espera de mí, esa es mi motivación. No me siento estancado ni desgastado, todo lo contrario, me siento renovado día a día. Más importante que la ilusión que yo pueda tener es la ilusión con que la afición viene a verme a la plaza.

-En alguna ocasión ha comentado que el secreto de una trayectoria tan larga está en la búsqueda de la perfección toreando. ¿La ha alcanzado?

-Se puede llegar a alcanzar en algún instante concreto, en momentos determinados, pero también pienso que no es bueno llegar a alcanzarla del todo para tener siempre la motivación de seguir buscándola.

-¿Cuándo ha estado más cerca?

-Puede haber detalles, momentos perfectos que se concreten en una serie, en un muletazo, pero la faena perfecta no se llega a realizar porque siempre va a haber algo que no salga con la perfección que uno quiere.
“Me alimento cada día de lo que soy, esa es mi motivación. No me siento estancado ni desgastado, todo lo contrario, me siento renovado día a día”
-Conociéndole, cuesta pensar que se dé por satisfecho.

-Soy muy exigente conmigo mismo. Exigirse, de hecho, es bueno, pero también sé cuándo he estado a la altura y cuándo no. Saber lo que has hecho bien y lo que has hecho mal también es una virtud.

-¿Es más exigente ahora que en sus inicios?

-Siempre lo he sido pero ahora lo soy un poco más porque busco mejorar, aunque llega un punto en el que tampoco es fácil saltar un centímetro más de mi listón. Esto es lo más complicado del toreo. Me exijo pero también me contento siempre que las cosas salgan bien dentro del nivel que me impongo.

-Esta temporada ha protagonizado un duelo generacional con Roca Rey. ¿Cómo lo vivió desde dentro? ¿Hubo competencia?

-Competencia siempre hay con cualquier torero del cartel pero más con Roca Rey, que está con la hierba en la boca. La edad da exactamente igual, de lo que se trata aquí es de que cada uno dé lo mejor de sí mismo, ahí radica la competencia y el aliciente. Este año se ha visto la rivalidad entre dos toreros, uno veterano y uno joven, contrastar esas dos vertientes, la madurez y el poso que da el tiempo, y las ganas de arrollar y de comerse el mundo, ha sido interesante para todos. Cada uno ha defendido su espacio y su posición en el toreo, lo hemos vivido varias tardes, ha sido una competencia bonita.

-¿Le considera ya una figura del toreo?

-Se le puede catalogar como la figura del momento. Para mí una figura del toreo no se hace en dos, tres, cuatro o cinco años, ha de marcarlo durante más tiempo, ese es mi concepto sobre lo que considero una figura de época. Pero no cabe duda de que Andrés va camino de poder conseguirlo, lleva poco tiempo como matador de toros pero es la figura del momento. Lo ha demostrado este año y también el anterior, lleva una inercia muy importante y tiene perfectamente la capacidad para asumir la responsabilidad de lo que es una figura del toreo. 

-Duelos como ese alimentan la afición y más en tiempos donde estamos tan ayunos de competencia.
-A veces pensamos que esto es sencillo y para nada lo es. Nos tenemos que parar a pensar en que no es fácil que salga un torero con fuerza como para ilusionar al aficionado y para que rivalice con las figuras, eso no pasa todos los días. Ser figura del toreo es lo más complicado del mundo, no sé si nos paramos a pensarlo lo suficiente. Ocurre cuando ocurre. ¿Qué nos gustaría? Que salieran más, por supuesto, pero entonces seguro que escucharíamos que no es tan difícil serlo. Hay que disfrutar de los toreros que hay en cada época, vivir el momento que nos toca vivir sin dejar de soñar que en las generaciones venideras vengan toreros que ilusionen y que tengan la capacidad de ser figura, aunque hay que recordar que no pasa todos los días.

Una figura no sale pegando una patada a una piedra.
“Me alimento cada día de lo que soy, esa es mi motivación. No me siento estancado ni desgastado, todo lo contrario, me siento renovado día a día”
-Este año ha sumado tres nuevos indultos y dos alternativas más a sus estadísticas. ¿Conoce los números de su carrera al dedillo?

-Al dedillo no, pero más o menos. Soy partícipe de lo que oigo y me dicen, más que de la cuenta que yo lleve de ello. De repente me dicen llevas tantos toros indultados y digo ¡guau!… no estoy muy pendiente pero las escucho. El otro día oí que eran más de setenta alternativas y soy el torero español que más ha toreado en la Plaza México.

-¿Le impresionan?

-Sí, me sorprenden cuando me los dicen. Es un orgullo contar con una trayectoria así de bonita pero mi mayor orgullo es torear bien y hacer el toreo que siento, eso es lo que más me preocupa, pero qué duda cabe que los números ahí están y cuentan para saber qué ha pasado en la historia, es halagador escuchar este tipo de estadísticas, son impresionantes. 

-Elija tres tardes de su último año.

-Es complicado, vivo tanto el presente que se me olvida a veces lo que he hecho. Diría las dos tardes de Fallas, que fueron muy especiales. En principio iba una tarde, pero me pidieron sustituir a Cayetano al día siguiente y acepté. El cuarto toro de la corrida de Juan Pedro Domecq es uno de los mejores que he toreado en Valencia. Luego seguramente me quedo con la tarde de Nimes de septiembre, con la alternativa de Toñete y el indulto del toro de Victoriano del Río. Fue un día soñado.


-La mejor señal es que año tras año le resulta más complicado quedarse con sus mejores actuaciones.

-Sí, así es. Vivo más el presente que lo que haya podido hacer. Antes me acordaba mucho más de las temporadas, de los toros, de las faenas, ahora disfruto del día a día, no me paro a pensar ni le echo más cuentas de las que toca
.
-Volviendo a Valencia, no dejó de lado a la Fundación Toro de Lidia en su festival. 

-Había que estar, era un día para reivindicar la Fiesta y ayudar a la Fundación, que está dando la cara por el toreo. No podía fallar y desde el primer momento acepté estar en el festival. Los toreros no podemos estar siempre mirando cuál es el interés propio, hay momentos en que un torero ha de saber la responsabilidad que tiene y quién es en el toreo, hay momentos en que hay que dar la cara y estar.

-Fuera de la plaza también ha tenido sus momentos. En el Congreso de Tauromaquia de Murcia dejó varias reflexiones, entre ellas la de rediseñar la Fiesta. ¿A qué se refería?
“Siempre he sido exigente conmigo pero ahora lo soy un poco más porque busco mejorar aunque llega un punto en el que tampoco es fácil saltar un centímetro más de mi listón”
-Tenemos altavoces en contra a los que se oye muy alto, las redes sociales y cierta clase política ayudan también a ello y tenemos que ver la manera de atraer a un público que no es aficionado pero que se puede acercar a la plaza por otras vías. La idea de Crisol no es para todos los días pero puede ser una bonita forma de atraer a las personas por medio del arte, la música, la pintura… que el toreo es un arte en el que el hombre se juega la vida es obvio, pero hay que relanzar y ensalzar los valores artísticos de la Tauromaquia. Son reflexiones que uno va pensando y que expuse en su momento, ideas para adaptarse a los tiempos cuando todo está en entredicho. 

-¿Se puede evolucionar un espectáculo como el toreo sin que pierda su esencia?

-Sí, yo creo que sí, y Crisol fue una prueba de ello. El toreo debe buscar nuevos caminos y adaptarse a los tiempos. Se pueden buscar fórmulas sin perder los valores y la esencia de una corrida de toros que despierten interés no solo en el aficionado sino en otro tipo de público que no se haya aficionado todavía.


-¿El bombo de la Feria de Otoño ideado por Simón Casas es una evolución?

-Es un aliciente. Prueba de ello es que el público respondió y fue a la plaza con la ilusión de ver lo que la suerte deparó. Tampoco es para todos los días ni para todas las ferias pero sí para momentos puntuales o en una feria larga… si ese modelo crea un aire de novedad, bienvenido sea. No estoy en contra, siempre que sea algo puntual porque no pienso que valga para todas las ferias. El torero cuando es figura es por algo, se triunfa y se tiene esa condición para poder elegir, para decir que quiero torear esta corrida, aunque en momentos determinados se pueden dar alicientes de este tipo. No estoy cerrado a esa idea del bombo.


-¿Se ve entrando a ese juego en San Isidro?

-Si me lo plantean y veo que es una idea buena para la Fiesta que yo pueda entrar en el bombo, me lo plantearía y, posiblemente, entraría. No estoy cerrado a ello.
“Si me plantean lo del bombo y veo que es bueno para la Fiesta que yo pueda entrar, me lo plantearía y, posiblemente, entraría. No estoy cerrado a ello”
-Hace unos meses, en estas mismas páginas, comentó la posibilidad de regresar a Pamplona. ¿Sigue abierta esa puerta?

-Estoy abierto a la contratación en cualquier plaza pero no me han llamado de allí. En su momento dije que haría una despedida en silencio de Pamplona pero de aquello han pasado más de diez años, es una vida entera de torero. Igual tengo que hacer el paseíllo desmonterado… jajaja. Si me encaja, iré, no tengo ningún inconveniente en ir a Pamplona.

-Recientemente ha salido publicada la noticia del positivo en el análisis de los pitones de la corrida de Vellosino en el mano a mano que protagonizó con El Juli en Huesca. ¿Qué opinión le merece?

-No sé nada -estaba en América-, no tenía ni idea. Son ganas de dar carnaza. Los toros en el campo se rozan, se dan, hay ganaderías que tienen más grano en el pitón, otros se ponen más astigordos… además, cualquier cosa que diga se va a sacar de contexto.

"El antitaurino no me preocupa tanto como el político"

En sus intervenciones públicas, Enrique Ponce se ha dirigido con dureza siempre que ha podido contra aquellos que quieren prohibir la Tauromaquia. En distintos foros, el torero de Chiva ha mostrado su malestar por un sector de la clase política beligerante contra la Fiesta. “El antitaurino no me preocupa tanto como el político, no tiene tanta fuerza como para cerrar una plaza de toros como han hecho los gobernantes en San Sebastián o Mallorca. Eso sí que me da miedo y hay que tenerlo en cuenta, más que al antitaurino que va a gritar a la puerta de una plaza, de esos siempre ha habido. Lo más importante es que la afición vaya a los toros sin complejos”, afirma.

"Los toreros no tenemos toda la culpa de la desaparición de encastes"

Enrique Ponce ha sabido en los dos últimos años satisfacer una de las demandas del aficionado en lo que a la elección de las ganaderías se refiere. El valenciano ha protagonizado en las dos últimas temporadas sendos gestos con la ganadería de Adolfo Martín. En 2017 en Teruel y este mismo año el escenario elegido fue Istres. “Yo seré el torero sobre el que menos dudas haya en este sentido”, se adelanta a contestar. “Desde que empecé hace treinta años he matado todo tipo de corridas, de Santa Coloma, Saltillo, de Samuel Flores… estoy abierto a torear todo tipo de encastes”. Sobre la ausencia de apuestas de este tipo por parte de las figuras, comenta: “Hoy en día están más cerrados los encastes, antes había más para apuntarse y con opciones de triunfo, hoy hay menos. Pero de eso no tenemos toda la culpa los toreros, se nos echa la culpa a nosotros porque haya encastes que desaparezcan. Pero yo no tengo la culpa de que Atanasio Fernández haya desaparecido cuando le he matado camadas enteras, por ejemplo; más culpa tendrá el ganadero o las empresas que no cuentan con ciertos encastes. El torero cuando elige una ganadería es porque puede triunfar con ella”. ¿Se ha planteado hacer de nuevo algún gesto ganadero en 2019? “Sobre la marcha irán saliendo cosas. Puede ser Adolfo o Victorino, todavía es pronto pero seguramente sí haya alguna corrida a la que me apunte de este tipo de encastes”.

Fotos: ARJONA

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