El herido sigue en la UCI de la clínica Quirón estable dentro de la gravedad
Mariano de la Viña, en un momento del terrible percance - Fabián Simón
Zaragoza
El banderillero Mariano de la Viña sigue en la UCI de la clínica Quirón de Zaragoza, en donde permanece ingresado desde la madrugada del lunes, cuando el equipo médico del doctor Carlos Val-Carreres finalizó la intervención quirúrgica que se prolongó por casi ocho horas en la enfermería de la Misericordia y en el propio centro médico. El optimismo «con cautela» del doctor ha permitido mejorar el prónóstico, que de «muy grave» pasó al mediodía del martes a «grave».
Val-Carreres explicó a ABC que el herido pasó la noche tranquilo, que el pulso arterial en la pierna derecha es bueno, y que, a la vez, el retorno venoso también es bueno. En este sentido, el parte médico emitido a las 13 horas, especifica que las heridas presentan «buen aspecto» y que el torero «continúa bajo sedación y con ventilación mecánica», añade que se encuentra estable dentro de la gravedad, que no hay fiebre y se ha comenzado a reducir la sedación.
También se especifica que «se ha procedido a retirar parcialmente el drenaje de Mikulicz, que llegaba hasta el retroperitoneo desde la región glútea».
En las condiciones que De la Viña ingresó en la UCI, los allegados al torero y compañeros que hacen guardia en la clínica, consideraron el nuevo parte médico como un «milagro», y más tras el terrorífico parte médico que Val-Carreres emitió tras la operación: «Dos heridas por asta de toro y traumatismo craneoencefálico. Una herida por asta de toro a nivel del Triángulo de Scarpa derecho con orificio de entrada de doce centímetros y dos trayectorias, una ascendente de 27 centímetros que arranca la arteria femoral superficial y rompe en su porción distal la arteria iliaca interna. Con rotura de los músculos sartorio adductor mediano penetrando en espacio retroperitoneal. Una segunda herida por asta de toro a nivel de la región glútea izquierda con orificio de entrada de ocho centímetros y trayectoria hacia adelante de 22 centímetros que penetra por la escotadura ciática alcanzando el espacio situado entre recto y vejiga tras arrancar la arteria iliaca interna izquierda en su origen.Traumatismo craneoenfálico pendiente de diagnóstico por imagen. El herido ingresa en la enfermería en situación cataclísmica inconsciente, con una hemorragia de gran intensidad.
Pronóstico muy grave».
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