viernes, 28 de febrero de 2020

El Mundo interior de Esplá

"...Resultado de unas conversaciones que el matador sostuvo..."

 
Quetzal Rodríguez
El libro "Tauromaquia Mediterránea. Mundo interior de Luis Francisco Esplá", que aparece con el sello de la casa editorial Aitana, se editó en ocasión de conmemorar la corrida de la Beneficencia de Madrid del 7 de junio de 1992, cuando lidió en solitario seis toros de Guardiola, en la plaza de Las Ventas de Madrid.

Esplá realiza una interesante reflexión sobre los colores de los vestidos de torear, donde recorre la paleta completa de los tonos azules "el azul de las aguas", con el que se adorna y transforma su mar, El Mediterráneo.

El texto recoge el resultado de unas conversaciones que el matador sostuvo con el escritor Fernando Claramunt, camino de una faena campera y después de lidiar, retoma el hilo de sus reflexiones sobre el color, y se abre a nuevas consideraciones sobre las combinaciones entre el oro, las sedas y las tierras sepias de muchos ruedos en los pueblos de España.

Esplá aborda, también, las relaciones del matador con los toros en particular y con los animales en general. Su reflexión parte del negro, el color de los insectos, y se va elevando, distinguiéndose, tocando unos temas que, en ciertos aspectos parecen próximos a su propio oficio de "matador", como la caza, que ejercitándola le permite medirse con las potencialidades de otros animales.

Esplá subraya con fuerza que ni la caza ni la lidia contienen un fondo de horror como el que se agazapa en la muerte infernal del matadero. "En la tauromaquia –nos confirma Esplá– aspiramos a nitidez, claridad, precisión y dignidad con ritos y ceremoniales que estimamos honrosos".

Por otra parte, aborda el sentido de las capeas, de las fiestas de toros populares, de los "toros de fuego" esos que iluminan la "noche de los tiempos" valenciana, la vida del matador en la soledad de las dehesas a la espera del comienzo de la temporada y con la esperanza de lograr el máximo triunfo.

Tomó la alternativa en Zaragoza, el 23 de mayo de 1976, de manos del Paco Camino, oficiando de testigo el Niño de la Capea con un toro de Manuel Benítez Pérez. El libro concluye con unos apuntes sobre el proceso histórico del toreo alicantino y, a partir de él, el intento de su caracterización: un toreo luminoso y alegre que apuesta por tener la sonrisa del mar.

Bibliografía: 

Claramunt López, Fernando. "Tauromaquia Mediterránea. Mundo interior de Luis Francisco Esplá". Aitana. Madrid. 1992.

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