"Una tragedia eléctrica" es lo que han denunciado vivir los merideños durante la cuarentena, tras "disfrutar" solo de 2 o 3 horas del servicio por día, muchos indican que "la luz no se va sino que llega por raticos".
Foto: JadeDelgado
Mascara deportiva con filtro de carbon
Este escenario ha originado que la comida se pudra ante la falta de refrigeración entre otras consecuencias devastadoras.
Pero la pérdida de carnes, frutas, vegetales y otros alimentos en plena hiperinflación en un país donde sus habitantes deben hacer magia con Bs. 800.000 de salario y donde un kilo de carne roja es de Bs. 700.000 y aumenta cada día, no es la única secuela negativa de los racionamientos, la pesadilla es más dramática aún y así lo relatan lo propios ciudadanos.
La señora Odilia Otalvora vive en Santa Juana, lamentó que siente impotencia con los problemas de los servicios básicos que se registran en la entidad, "sabe qué da dolor, que se nos esté perdiendo la comida, nos acostamos sin luz y amanecemos sin luz, todo lo que está en la nevera se está dañando, no bebemos agua fría sino caliente, todas las verduras se están dañando, entonces lo que hemos podido medio comprar con mucho sacrificio se nos está dañando", dijo.
Quienes eran vegetarianos pasaron a comer arroz o pasta pura, pues los precios de las frutas, hortalizas y vegetales también son insostenibles para los salarios de hambre que ganan los trabajadores en la Venezuela socialista del Siglo XXI, un país donde se debe comprar con dólares, pero los sueldos son en bolívares, moneda que no aceptan algunos comerciantes, como es el caso de los billetes de 100, 200 y algunas veces el de 500 bolívares.
"Uno se siente impotencia porque uno no puede hacer nada, si necesitas coser entonces no tienes luz, si lo quieres hacer a mano no puedes ver y tienes que salir a la calle, entonces si vives en un apartamento dónde te vas a concentrar para coser", agregó la señora Otalvora, también señaló que los niños son afectados y observa como a su alrededor sufren con los apagones sin ella poder hacer algo al respecto para ayudarlos y calmarlos.
El señor Maldonado vive en Ejido, otra población golpeada por las fallas del sistema eléctrico, dijo que sufre ataques de estrés aunados a la preocupación que tiene para acceder a la comida, "la luz se va a toda hora, en la mañana, en la tarde, en la noche", asimismo manifestó que la nevera se le dañó y no tiene como refrigerar alimentos por lo que debe romper la cuarentena y salir todos los días en busca de comida.
"Estamos viviendo una crisis que nadie esperaba, una crisis que sinceramente uno no sabe que hacer, anda uno estresado, no hay trabajo y no llega la comida a la casa, uno vive por vivir", sentenció.
No hay comentarios:
Publicar un comentario