jueves, 3 de diciembre de 2020

Las Comisiones Taurinas



Por Álvaro Sandia Briceño
En las plazas de toros todo es un rito. A los compases del pasodoble inicial hacen el paseíllo los toreros, con sus lujosos capotes de paseo, bordados en oro y plata, con lentejuelas y figuras alegóricas o la imagen de alguna Virgen de especial devoción. Los toreros se colocan en orden jerárquico, situándose el de mayor antigüedad a la izquierda y luego los otros alternantes, detrás van los banderilleros, picadores en sus monturas, monosabios, areneros y el trío de mulillas arreados por los mulilleros, todos encabezados por el Alguacilillo en hermoso corcel, trajeado en la misma forma desde los tiempos de Felipe IV, con el traje de pana, capa, golilla, botas altas y sombrero con plumas. Con la venía de estilo saludan a las autoridades y los toreros lanzan sus capotes de paseo a sus amigos y admiradores ubicados en las barreras y luego despliegan sus capotes de brega en el ruedo, cerca del tercio de matadores. El torilero solicita permiso a la autoridad de la Plaza para abrir con una llave simbólica la puerta de los toriles por donde saldrán los toros que serán lidiados. Los espectadores, mientras tanto, se acomodan en sus respectivas localidades para dar inicio a la más hermosa de las fiestas, la fiesta de los toros.

En las plazas de toros todo es respeto y autoridad y esta autoridad, del latín auctoritas, está en manos del Presidente de la Plaza, unipersonal en la mayoría de estas y a quien acompaña un asesor y un veterinario, o colegiadas como en casi todas las plazas de toros en nuestro país.

En el caso de nuestra Plaza Monumental de Toros Román Eduardo Sandia, la Comisión Taurina está integrada por cinco miembros y es designada por el Alcalde del Municipio Libertador, según lo dispone el Reglamento Taurino Municipal.

La Comisión Taurina elige dentro de su seno al Presidente y luego designa al Secretario, a los Asesores Técnicos, al Veterinario Jefe y Adjuntos, a los Coordinadores, Delegado Cultural, Médico y sus Ayudantes, al Capellán previa consulta con el Arzobispo, y a todo el personal subalterno que se requiere.

Son muchas y difíciles las tareas encomendadas a las Comisiones Taurinas porque por intermedio del Presidente deben dirigir la lidia en el ruedo y velar por el mantenimiento del orden durante la celebración de la corrida.

El Reglamento Taurino del Municipio Libertador del Estado Mérida es mucho más sencillo y directo en sus atribuciones, y así el artículo 54 dice que: "El presidente de la corrida representa la autoridad suprema en la plaza" y el artículo 55 indica que: "La presidencia de los espectáculos taurinos le corresponderá al Presidente de la Comisión Taurina o al Vocal de la Comisión Taurina que éste designe".

El Presidente de la Comisión Taurina es la persona que ejerce la autoridad en nuestra Plaza de Toros, dirige la lidia y es el encargado de mantener el orden público. Como director de lidia  cuenta con la ayuda de un Asesor Técnico y del Veterinario Jefe, y según el Reglamento en el artículo 56, deben asistir a la corrida los Vocales.

Nuestra Plaza Monumental de Toros Román Eduardo Sandia es una plaza de primera categoría y en consecuencia debe darse cumplimiento a todas las disposiciones que establece el Reglamento.

Refieren los anales históricos que, en los comienzos de los espectáculos taurinos, la función predominante del presidente era el de salvaguardar el orden público, más tarde y con el tiempo cobró importancia el que tomase decisiones importantes sobre la lidia que se desarrollaba en el ruedo.

En nuestra Plaza Monumental de Toros el Presidente de la Comisión Taurina acompañado de los Vocales, presencia el desencajonamiento de los toros cuando llegan a la plaza, revisa el peso que indica la balanza y está atento cuando pasan a los corrales y, asistido por el Veterinario Jefe, califica si los toros están en condiciones para ser lidiados por su presencia, cornamenta y demás atributos que definen el trapío, es decir, el conjunto de caracteres de apreciación visual que en un toro permiten juzgar su aspecto, estampa y probables condiciones de lidia.

Antonomasicamente se entiende, por trapío, la buena planta y gallardía del toro de lidia y por eso el Veterinario Jefe y sus Auxiliares, harán una revisión de las características de del toro, si tiene el pelo reluciente, si las articulaciones son bien pronunciadas y movibles, las pezuñas pequeñas, cortas y redondas, los cuernos fuertes, la cola larga y espesa, los ojos negros y vivos y las orejas vellosas y movibles. Todas estas características las establece Paquiro en su famoso libro Tauromaquia, publicado en los lejanos años de 1836. Más recientemente, Alvaro Domecq en su obra El Toro Bravo, nos dice que: "El trapío es un concepto que no se puede especificar en un Reglamento, porque inclusive es difícil definirlo".

La Comisión Taurina por intermedio del Presidente no solo represente la autoridad suprema en la plaza y dirige los espectáculos taurinos, sino que debe resolver cuantas incidencias puedan producirse, y conforme a lo dispuesto en el Reglamento Taurino debe señalar la duración de los tercios y velar porque los lidiadores ejecuten las suertes de acuerdo al arte y a los cánones de la tauromaquia, además de imponer las sanciones a que haya lugar por infracciones a las disposiciones legales y taurinas durante los actos preparatorios y dentro del desarrollo del espectáculo. Los clarines y timbales están a su servicio y debe ordenar el toque y cese de la música cuando lo crea conveniente.

Los pañuelos que utiliza el Presidente tienen, cada uno por su color, un significado dentro del espectáculo taurino. Así, el pañuelo verde indicará la devolución del toro a los corrales y para ello hará salir a los mansos o madrinas para que acompañen y faciliten el paso del toro a los corrales; el pañuelo rojo ordenará las banderillas negras y los pañuelos blancos premiarán las faenas de los toreros: un pañuelo, una oreja, dos pañuelos, dos orejas y tres pañuelos, el rabo.

El pañuelo color naranja indica el indulto del toro y el pañuelo azul la vuelta al ruedo del toro muerto en premio a la bravura demostrada en la lidia.

Nuestra Plaza Monumental de Toros que hoy lleva el nombre de Román Eduardo Sandia, ha tenido en su historia que se remonta a más de cincuenta años, Comisiones Taurinas que se han caracterizado por lo equilibradas decisiones en las mayoría de las corridas de toros que hemos presenciado.

La primera Comisión Taurina designada en el año 1967 estuvo integrada por Don Luis Alipio Burguera como Presidente, acompañado por Rafael Ángel Orta Añez, Raúl Febres Cordero, Oscar Otaiza y Luis Alfonso Cárdenas como Vocales: el Asesor fue Alberto Morales y el Médico de Plaza el Dr Luis Felipe Barreto.

Tuve el honor de redactar el primer Reglamento Taurino Municipal de nuestra Plaza de Toros, que estuvo vigente desde el año 1967 hasta el año 1988, en que se le hicieron las modificaciones necesarias para adaptarlo a los nuevos tiempos de la tauromaquia.

Entre los Presidentes de las Comisiones Taurinas desde 1967 hasta 1992,  que sucedieron a la primera designada por el Concejo Municipal del Distrito Libertador del Estado Mérida que presidió el Dr José Vicente Contreras Pernía, podemos nombrar:

1967-1968: Luis Alipio Burguera.
1969: Luis Alfonso Cárdenas.
1970-1973: Iván Cova Rey.
1974-1975: Augusto Rodríguez Aranguren
1976-1979: Ramón Morales Sánchez.
1980-1984: Miguel Rondón Nucete
1985-1989: Gustavo Trujillo.
1991-1992: Gerardo Febres Nucete.

Fotografías de Germán D'Jesús Cerrada, archivo fotográfico de Carlos Páez Ortiz y Composición fotográfica de Germán D'Jesús Cerrada 


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