Texto y fotos de Germán D’ Jesús Cerrada
Los árbitros hicieron de las suyas en contra del Estudiantes de Mérida. Cada juego del equipo en el Soto Rosa era de tensión y de nervios, los jugadores podían hacer un excelente partido de fútbol, pero casi siempre salía una mano peluda de un árbitro que con su mal arbitraje cambiaba los resultados.
Al equipo le había sido difícil clasificar para la copa más importante de América, como lo es la Libertadores, donde participan los mejores equipos de Sudamérica, hasta que por fin llegó el año 1976 donde el club académico pudo clasificar para la Copa Continental.
En el año 1973, Sergio Chechelev presentó un informe sacado de las mangas, con el visto bueno de la liga. El árbitro ruso, nacionalizado en Venezuela, realizó un informe donde indicaba que había recibido amenazas del equipo Anzoátegui, ya el Portuguesa había perdido en la cancha, y la liga mandó a repetir el juego. Anzoátegui se negó a jugar, perdiendo los dos puntos, y de esa manera se le impidió a Estudiantes estar en la Libertadores.
En el Soto Rosa, Sergio Chechelev, quien además de ruso, medía aproximadamente dos metros, para seguir en la onda de sus colegas, todo contra Estudiantes, pitó un penalti casi finalizando un juego. Por supuesto, con esta jugada el equipo del pueblo merideño perdió, y la fanaticada esa mañana de domingo de fútbol se enardeció. Un fanático que había cazado un faro la noche anterior y aún lo tenia en su vehículo, fue y lo buscó y cuando salía Chechelev del estadio se lo lanzó en la cara, siendo tal el susto del ruso que cayó desmayado. A los minutos se recuperó y salió protegido por agentes policiales. Al llegar a Caracas informó a la liga que habían sido agredido por un feroz animal salvaje. El pobre faro muerto, que había matado unas cuantas gallinas del gallinero del fanático, alcanzó fama y fue la comidilla de la semana entre fanáticos y directivos del equipo estudiantil. Así cuenta la anécdota el abogado y ex-secretario general de Estudiantes de Mérida, Germán Uzcátegui Rivas.
Fotografía de Sergio Chechelev archivo de un recorte de prensa.
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