Texto y fotos Germán D'Jesús Cerrada
El campo del Soto Rosa, en la ciudad de Mérida, fue difícil para los árbitros de la Liga Mayor de Fútbol; cada juego era una pesadilla para la terna arbitral.
En el juego protagonizado por la oncena Estudiantes de Mérida el 22 de agosto de 1976, aunque ganó el juego ante Portuguesa 1 a 0, el público salió insatisfecho del partido de fútbol por el mal arbitraje.
El árbitro Núñez y sus compañeros de terna pasaron más de una hora encerrados en las instalaciones del estadio, y les tocó salir del Soto Rosa protegidos por la policía estadal.
Mientras ésto sucedía, el bus del Portuguesa fue apedreado por fanáticos estudiantiles, en respuesta a los improperios del jugador del Portuguesa, Chiquichagua Marín, contra los hinchas de Estudiantes.
El bus resultó con los vidrios rotos por fanáticos enardecidos por la actuación de jugadores y árbitros.
Los juegos de fútbol en el Soto Rosa se jugaban con pasión en el gramado y las tribunas cada mañana y tarde de los domingos de fútbol.
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