Qué Locura en el tendido en una corrida de San Fermín, así lo grita el matador de toros en retiro, Jesús Adolfo Colombo, por primera vez en Pamplona.
Colombo queda impactado del bullicio y la locura en la Plaza de Toros, en la penúltima de la Feria de San Fermín, con su mente en la última de feria cuando su hijo, Jesús Enrique Colombo, se enfrente a los temibles Miura.
La alegría en los tendidos es única, los trajes blanco y rojo le dan un colorido y un espectáculo especial a la plaza.
Las peñas desbordan el entusiasmo con sus bandas que no dejan de tocar durante toda la corrida, con el único descanso en el cuarto toro, cuando la multitud disfruta de comidas y bebidas especialmente preparadas para la ocasión.
Vivir y disfrutar de la Feria de San Fermín es una verdadera locura a cualquier hora en las calles del casco viejo de Pamplona; gente de todas las edades, cantando, bebiendo y comiendo, confundidos en sus calles angostas, que retumban con el griterío y las bandas de las peñas. No hay espacio libre en la ciudad para la celebración.
Ir a los Sanfermines es una experiencia que queda gabadada en la retina para toda la vida. Y cada año que llega julio provoca salir corriendo a la Feria de San Fermín.
Que viva San Fermín!
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