Adiel Armando Bolio
Desde
la ciudad de Puebla el amigo Carlos Espinal nos hace recordar que este
miércoles precisamente, 7 de noviembre de 2012, se cumplen 30 años de
ese maravilloso e imborrable capítulo del toreo que escenificó el
diestro defeño retirado Ernesto Belmont, en aquel 1982 en la Monumental
Plaza México y alternando en ese momento novilleril con Manolo Mejía y
el malogrado Valente Arellano, los entonces llamados “nuevos tres
mosqueteros” de la época, lidiando en esa fecha un encierro de la dehesa
tlaxcalteca debutante de tlaxcalteca de don Felipe González. Fue una
tarde para los anales del gran coso del país, pues fue apoteósica debido
a la gran competencia que existía entre la terna torera que demostró
esa auténtica ambición que en la actualidad poco se ve entre los que
quieren ser toreros.
El
encierro en su conjunto, recordamos, resultó extraordinario, del que
destacó “Pelotero”, al que la tercia le pegó siete quites (de los que se
recuerdan fregolinas, gaoneras, quite de oro y tafalleras) antes de que
Valente le cortara el rabo, lo cual fue literal toda vez que como
anécdota se recuerda que por error u omisión, sólo se le entregó éste
sin los trofeos auriculares.
El
hecho que marcó el festejo para la leyenda, fue el tercio de
banderillas que los alternantes vivieron con al astado “Sevillano”, al
cual después de que Belmont invitara a banderillear a Mejía y Arellano,
todos con gran éxito, al dar la vuelta al redondel recibiendo las
cerradas ovaciones, Belmont tuvo que torearlo con un sombrero de charro
que cayó del tendido, propiedad de don Jesús “El Teniente” Ferrer, en
virtud de que el astado les había embestido con extrema bravura,
quedando para el recuerdo una de las escenas más toreras vividas en la
catedral del toreo nacional, detalle que fue inmortalizado al óleo por
el pintor Antonio Navarrete.
Actualmente,
la ganadería de Felipe González está ubicada en el rancho Tenopala, en
el municipio tlaxcalteca de Tetla, siendo ahora sus propietarios doña
Evelia Chapa viuda de González y sus hijos Carlos y Patricia, la cual
ostenta su divisa en morado, rojo y amarillo, misma que sigue lidiando
con éxito y bravura en diferentes plazas del país. En cuanto a los
alternantes, bien sabido es el trágico final de Valente, quien nos privó
de una figura del toreo, la gran carrera de Belmont con casi medio
millar de festejos toreados y su actual conexión con la fiesta brava
como apoderado de toreros, comentarista taurino en medios y
vicepresidente de la Asociación Civil “Formafición” y la excelente
carrera por los ruedos de Mejía, cuyo círculo se cerrará el próximo
domingo 9 de diciembre en la Monumental Plaza México cuando se corte el
añadido.
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