lunes, 10 de diciembre de 2012

HITOS DEL AÑO Análisis de su temporada


'Padilla o el triunfo de un ejemplo'



MIGUEL FERNÁNDEZ

'Juan José Padilla o el triunfo de un ejemplo' podría ser, a grandes rasgos, el título de uno de los destacados capítulos del 2012 taurino. No haría falta llenarlo con mayores adornos, porque en esencia, en eso ha consistido el año de Juan José: un continuo éxito que arranca con una historia ejemplar: su vuelta a los ruedos allá por marzo ha sido el gran regalo del toreo. Un mensaje de grandeza que traspasa cualquier plaza y llega directamente a la sociedad. 

Basta con una pasada rápida por aquella amarga tarde del 7 de octubre en Zaragoza. Desde aquel percance, harto conocido por todos, Padilla ha representado al mundo los valores más altos del torero como figura. Valores que hoy bien podrían ser los referentes de un país en estado muy grave. La fuerza, el amor propio, el afán por volver a ser el mismo, la ausencia de lástima en sus palabras... Incluso un momento de concordia y reencuentro con los más reacios al toreo: el propio 'Ciclón' reconoció haber recibido el apoyo de algunos antitaurinos. Los cívicos, claro, a los que cabe aplaudir su gesto. Sólo de estos merece la pena hablar.

El mundo del toro, tan inconexo en ocasiones, se hizo uno al sentir del 'Fuerza Padilla'. Metidos en temporada, plazas que siempre han querido al jerezano le han rendido el tributo merecido a una carrera sin grandes homenajes hasta 2012. Otras, debutantes para con Padilla, le han adoptado como uno de sus toreros. Los ecos de la ovación de bienvenida llegaron de Olivenza a Jaén. Y aún perduran por América. Volaron las banderas piratas en su honor. Por una vez el toreo demostró memoria.

Pocos triunfos pueden haberse deseado tanto por todos como el de Juan José Padilla en su reaparición en Olivenza. Vistió color verde esperanza, gesto serio y parche en el ojo izquierdo. Por lo demás, el mismo Padilla de siempre. Respeto de un público emocionado en comunión con el respeto de un torero emocionado. Si alguien esperaba tibieza en su vuelta, Juan José la desterró al echarse de rodillas al ruedo. Hubo banderillas, desplantes... y siempre que pudo temple y elegancia. No hubo, en cambio, lluvia de orejas. Por eso tuvo más fuerza su salida en hombros. Fue la salida del objetivo cumplido: un torero -héroe a ojos del mundo- llevado en hombros por 'los suyos'. 


Valencia, Arles, Bilbao, Pamplona... Zaragoza. Hasta 71 tardes en signo positivo. Podría venderse como la temporada más dulce de Juan José. Ganaderías sobre el papel más apetecibles y carteles en competencia directa con figuras. Sin embargo el propio espada reconoce 'haber sentido angustia' ante esta situación. Obligado a defender su pabellón tarde tras tarde sin dejarse ganar la pelea por nadie. Estadísticamente un año soñado; internamente un año duro, afrontando a partes iguales plaza y clínica en un continuo puente aéreo. 

Si existe riesgo de ahogar aquellos duros momentos bajo los triunfos, cabe recordar que Juan José Padilla afronta aún hoy secuelas imborrables del percance. La muestra más directa: el 20 de diciembre volverá al quirófano para la evisceración de su ojo izquierdo. La lucha no ha acabado. Que su ejemplo tampoco lo haga. 'Fuerza Padilla'.

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