miércoles, 5 de febrero de 2014

El primer torero que cobró un millón de pesetas


Manuel Benítez «El Cordobés», fenómeno de masas, le dijo a su hermana: «O te compro una casa o te visto de luto»

El primer torero que cobró un millón de pesetas
valerio merino
El Cordobés, en la presentación de su documental «Y no llevaste luto por mí», estrenado en 2013
Veinte de mayo de 1964. España entera paralizada para seguir a través de televisión un acontecimiento que provocó toda una convulsión social. Confirmaba su alternativa en Madrid Manuel Benítez «El Cordobés». Era su presentación en la capital, pues no había actuado de novillero. La Monumental estaba abarrotada y los tendidos parecían una casa de apuestas: «Va a arrollar», aseveraban sus partidarios; «se va a estrellar», decían sus detractores. Con motivo de estas bodas de oro, la Comunidad de Madrid le tributará un homenaje en San Isidro y descubrirá una placa en Las Ventas.
Huérfano y con una dura infancia, el V Califa del Toreo había nacido en Palma del Río en diciembre de 1937. Forjado en capeas, la luna fue testigo de sus primeros muletazos. No fue fácil llegar a Las Ventas, ruedo que pisó por vez primera en 1957 cuando saltó de espontáneo. En aquella época, trabajaba de albañil. Comentó a sus compañeros que quería ser torero, a lo que estos respondieron: «¡Cómo vas a ser torero con esa cara tan fea que tienes, con esa cara de pueblo!» A lo que El Cordobés replicó con gracia: «¡Pero qué tendrá que ver ser feo para ser torero, si yo no quiero que el toro se enamore de mí
El primer torero que cobró un millón de pesetas
abc
Manuel Benítez
El fenómeno que representaría la época de los Beatles y el Seiscientos se compró un traje a plazos y se tiró a la arena. «Un toro de Escudero Calvo me pegó un revolcón y, para colmo, me metieron en la cárcel». Decidió buscar fortuna en Francia, «pero cuando estaba en la cola de la inmigración y quedábamos cuatro o cinco, dijeron que el cupo estaba completo. ¡Hasta para recoger la remolacha era desgraciado!»

«O llevarás luto por mí»

El Cordobés permaneció en España, con el único anhelo de ser figura y sacar de la miseria a su gente, tejiendo la historia del terremoto Manuel, el huracán Benítez. Y llegó la confírmación, de la que esta temporada se cumple medio siglo. Sólo había dos caminos: el de la Puerta Grande o el de la enfermería. Y tocó la cornada, inmortalizada en la portada de ABC, que dio la vuelta al mundo. En la memoria, el lema de Dominique Lapierre: «O llevarás luto por mí». Así se lo dijo a su hermana, en ese afán de sacar a su familia de la pobreza: «O la compraba una casa o la vestía de luto».
Aunque no pudo matar al toro por el percance, fue premiado con una oreja, algo que sólo había logrado (ocho años antes) Juan Posada. Una vez recuperado, El Cordobés reapareció en la Corrida de Beneficencia de ese año (1964): fue su primera salida a hombros.

Arrolladora personalidad

Manuel Benítez había sido el primer matador en cobrar un millón de pesetas, «el famoso kilo». Se lo pagó en La Maestranza don Diodoro Canorea. Era el torero que revolucionaba a las masas.
La pasión desatada era producto de su arrolladora personalidad y de la campaña propagandística que le hizo Rafael Sánchez «El Pipo». El antiguo vendedor de mariscos apostó por el tremendo valor de su poderdante, el torero que aprendía a morir cada tarde, y supo crear un personaje con tirón en la calle y en los ruedos. A uno y otro lado, la prensa y el pueblo cantaban sus triunfos y sus bondades, como el día en que en pleno centro de Barcelona tiró billetes de cien pesetas por un balcón a la gente o sus jornadas repartiendo jamón a los maletillas o paella en los asilos.

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