«¡Derecho al toro!»,
obra de Carlos Abella, acaba de reeditarse. El escritor quiere insistir
en reivindicar —como ya lo hizo en 1997 con motivo de la primera
edición— el vigor y la vigencia del lenguaje taurino y su penetración en
el lenguaje coloquial y en nuestra vida cotidiana en pleno siglo XXI.
La expresión que da título al libro es no solo una nítida metáfora para
evidenciar un ejemplo del uso de las expresiones del lenguaje taurino
en la vida cotidiana para indicar «decisión» o «firmeza» ante una
situación, sino también un grito de defensa frente a la sinrazón y
la elementalidad de los contrarios al mundo de los toros que han
surgido en estos últimos veinte años en algunos sectores de la sociedad
española como fruto de la simplificación intelectual,
de la incultura y, sobre todo, de la negación de la propia historia de
España, inspirada por mercenarios de otros intereses y culturas, ajenos a
la nuestra, se indica en la nota de prens da de la editorial, Vive Libro.
«¡Derecho al toro!» es un ejemplo vivo de la riqueza de
nuestra lengua y de la extensa colección de refranes, frases, aforismos y
expresiones inspiradas en la Tauromaquia:
festejos populares taurinos, crianza del toro bravo, su fiereza y
bravura, en el valor del diestro que se enfrenta a él y en lo que
acontece en los festejos taurinos en las plazas de toros.
El que fuera académico y buen aficionado, José María de Cossío, en
el primer tomo de la enciclopedia que lleva su nombre, publicado en
1943, hizo esta sabia advertencia a los lectores, que bien merece ser
reproducida: «Quien quiera entender la intención de este libro debe
considerar que la Fiesta de los toros no es tan solo una diversión más o
menos recomendable desde el punto de vista moral, o pedagógico, o
estético, sino un hecho de profunda significación en la vida española y
de raíces tan hondas y extensas,
que no hay actividad social o artística en que no se encuentren sus
huellas, desde el lenguaje hasta la industria, o el comercio, valgan por
hitos distantes».
Años más tarde, el profesor Enrique Tierno Galván argumentó
en un sugerente ensayo «Los Toros, acontecimiento nacional», entre
otras interesantes reflexiones: «Nada explica mejor, a mi juicio, la
importancia social de la fiesta que el conjunto de significaciones que
traslaticiamente ha incorporado el idioma».
De ahí, expresiones como «estar para el arrastre», «coger el toro por los cuernos»,
«cambiar de tercio», «dar una larga cambiada», sufrir una «encerrona»,
«acudir al trapo», «caerse del cartel», «ir al bulto», «cortarse la
coleta», «apretarse los machos», «echar un capote», «dar la puntilla» ,
«hacer un quite», y finalmente «ver los toros desde la barrera», que son
algunas de las situaciones descritas en el acontecer diario de nuestra
vida para expresar prudencia, audacia, temeridad, contrariedad,
desinterés, peligro, solidaridad o ingenuidad.
EL AUTOR
No hay comentarios:
Publicar un comentario