Un 5 de diciembre nacía el creador de la «fábrica de sueños» y un día como hoy estrenaba el darmaturgo «Controversiadel toro y el torero»
Albert Boadella - Ángel de Antonio
Madrid
Cuando dio vida a Mickey Mouse, Walt Disney, que nació un día como hoy de 1901, no podía ni imaginar el alcance que aquello tendría. Aquel ratón y su novia Minnie pusieron voz a los animales en esa «fábrica de los sueños» que tantas ilusiones generó pero que también tuvo una repercusión negativa con la «humanización» de los animales.
También un día como hoy, pero ya de este siglo, en 2006, Albert Boadella lo explicaba así, según se recoge en el periódico de ABC de 5 de diciembre del citado año: «El imbécil de Walt Disney hizo mucho daño a la humanidad cuando dio voz a una pandilla de ratones histéricos». Así lo había expresado un día antes, en vísperas del estreno de «Controversia del toro y el torero» en el anfiteatro de la Casa de América. «Me gusta estar a contracorriente. No hubiese hecho una representación taurina hace cuarenta años, cuando la Fiesta estaba en todo su esplendor, pero sí en este momento que sufre un acoso, tanto de los políticos como de la ciudadanía y los intelectuales. La Tauromaquia no es políticamente correcta. Eso sí, los que la critican se comen magníficos filetes», dijo entonces el fundador de Els Joglars.
Era la confirmación de alternativa de Boadella en Madrid, después de sufrir un infame veto en los escenarios de su tierra. Afirmó que «en ningún momento se nos ha ocurrido estrenar la obra en Barcelona», declarada ciudad antitaurina. Defensor del arte de torear, sobre el escenario plasmó un debate equilibrado entre toro y torero, con argumentos sólidos a favor y en contra de la Fiesta. «Es una discusión profunda, en la que los antitaurinos podrán encontrar alguna razón de peso distinta al grito de ¡asesinos, torturadores!» Pero la Tauromaquia sale finalmente victoriosa: «Este gran arte, que ha sobrevidido milagrosamente, vale la pena. Dos buenos pases de Manolete no tienen comparación ni con la mejor obra de Shakespeare».
Hace ya una larga década, cuando ya el animalismo campaba a sus anchas, Boadella subrayó que «no es comparable el sufrimiento de un hombre con el de un toro, un animal salvaje al que se le ha respetado su territorio y tiene una vida fácil, no como la del cerdo». Y añadió: «Debemos proteger a los animales, pero de ahí a pensar que tienen sentimientos hay una distancia importante. En este sentido, el imbécil de Walt Disney hizo mucho daño a la humanidad cuando dio voz a una pandilla de ratones histéricos. Los niños son educados con la idea de que los animales reflexionan».
Y el dramaturgo catalán contó una anécdota: En cierta ocasión, en Pensilvania, quería hacer yo una paella con conejo. Mi sorpresa fue cuando me dijeron que allí no se comía conejo porque les recordaba a Bugs Bunny».
Para Boadella no existe una arte tan real como el de los toros: «Hay vida, muerte, ingenio, astucia, terror... Nada de simulación. Lo que se siente en una corrida no se siente ni en una obra de teatro, ni en un concierto ni delante de una pintura. Contó el autor de «Memorias de un bufón» que el proceso de trabajo ha sido muy interesante. Así lo ratificaronn los actores, Ramon Fontserè -que bebió en las fuentes de Luis Francisco Esplá para desenvolverse con torería- y Xavier Boada -que analizó los distintos lenguajes del toro, desde el reburdeo al mugido-.
La obra, dedicada a Manolo Vázquez, estaba inspirada en el pregón que pronunció en la Feria de Abril de Sevilla. Durante su creación, un sueño: enfundarse el traje de luces y ver su nombre anunciado en los carteles de San Isidro, bajo el apodo de El Rubiales. «Hubiese preferido ser torero antes que dramaturgo, pero nací en Cataluña, tierra de cerdos y pollos. Si me hubiese criado en Andalucía o Extremadura, tal vez la cosa hubiera cambiado... Claro que, como soy muy acojonado, se hubiese hablado de las espantás de El Rubiales...»
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