En voz baja...
Mundotoro
Un hombre clave en la travesía del derecho a los toros en CDMX, el abogado Raúl Pérez Johnston, un hombre especialista en Derecho Constitucional y Ley de Amparo. Una buena elección de Tauromaquia Mexicana que lidera Manuel Sescosse. Con la ayuda entrebastidores de un peso pesado como es Juan Pablo Baillères y el apoyo de Sordo Madaleno, y en medio del silencio de la propiedad de plaza, la familia Cossío, se logró la atención de la ministra Esquivel. Los toros vuelven a La México, y ahora quienes tienen que el do de pecho son los toreros. Las corridas del llamado aniversario, días 4 y 5 de febrero, se hacen vitales en el deseo de la empresa y de los aficionados. La empresa porque quiere cerrar dos carteles muy fuertes. Y la afición porque sabe que llenar La México es imprescindible por imagen y por golpe de efecto.
Si todo fuera por derecho, habría cola de toreros para anunciarse. Ojalá sea así. Porque los antecedentes de Bogotá y de otros lugares dicen lo contrario. La empresa quiere a los que llenan. Por ejemplo, quiere a Pablo Hermoso y al mismísimo Enrique Ponce, ambos en su despedida. Ya se ha hablado con algunas figuras del toreo españoles. Y las mexicanas están a la orden porque saben de qué va el asunto. La México se la juega, pero se la juega el toreo en México. Por imagen. Por efecto. Por demostración de músculo.
No se trata de anunciar dos o más corridas porque sí. Se trata de la instauración de un derecho, del paso descomunal de haber logrado una victoria. De reabrir la esperanza para el toreo. No estaría de más que hasta el propio José Tomás descolgara el teléfono para ofrecerse. El y los demás. México les ha dado mucho. Y tienen el deber de estar a la orden cuando el contexto está tan cabrón. Hay que llenar La México como sea.
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