Texto y fotos: Germán D' Jesús Cerrada
En la Mérida de los setenta, los domingos no eran solo de fútbol; eran días de pasión desbordada donde el Estadio "Soto Rosa" se convertía en el epicentro de un drama que trascendía el deporte.
Estudiantes de Mérida, "El equipo del pueblo merideño" desde su debut triunfal el 12 de octubre de 1971, encendía un fervor tal que sus partidos eran una fiesta de color y aliento. Sin embargo, también eran la chispa de encendidas "tanganas" que se hicieron tristemente famosas.
La Furia del Aficionado y el Juicio Arbitral
La raíz de aquellos tumultos, según se recuerda, radicaba a menudo en los pésimos arbitrajes o en decisiones que el apasionado público sentía como un robo.
Nombres como Castro Lozada, Vergara, Varrone Chechelev, Bernardo Corujo y Mario Fiorenza quedaron grabados en la memoria del hincha, no por su acierto, sino por sus "decisiones desafortunadas" contra el equipo local.
La indignación era tal que, en más de una ocasión, los árbitros debían salir del estadio bajo un impresionante operativo de seguridad.
Encerrados por horas en los camerinos, eran finalmente escoltados por agentes policiales o efectivos de la Guardia Nacional para ser llevados directamente al aeropuerto u hoteles en patrullas. Una imagen que ilustra la tensión y los riesgos vividos en el "Soto Rosa".
La Entrega en la Cancha y el Rugido del Graderío
Más allá de la controversia, la consigna como local siempre fue ganar y ganar. Los jugadores criollos e importados, desde el pitazo inicial, se entregaban con una pasión total.
Se sudaba la camiseta rojiblanca hasta el minuto final, mientras los graderíos disfrutaban de cada jugada. Un gol marcado por Estudiantes era la locura en el Soto Rosa: los graderíos se estremecían de los gritos de celebración, y al final, si el resultado era de ganador, venía una explosión de algarabía.
Clasicos de la Montaña y la Seguridad de Aquellos Días
Los enfrentamientos no se limitaban a la cancha o al árbitro. Los Clásicos de la Montaña contra el ULA F.C. eran batallas campales en las tribunas y hasta entre directivos. Y cuando llegaban los pesos pesados del fútbol venezolano, como el Deportivo Táchira o el Portuguesa, la atmósfera se electrificaba, culminando con frecuencia en trifulcas que dejaban heridos, detenidos y daños materiales.
En medio de este ambiente candente, la seguridad era primordial. Se recuerda a comisarios policiales como Amable Toro y José de la O. Morales, hoy desaparecidos, quienes tenían la difícil tarea de custodiar la marea de pasiones cada domingo.
Los domingos de fútbol eran una tradición familiar inquebrantable, con las tribunas del Soto Rosa desbordadas de pasión, a pesar de cualquier altercado.
Desde temprano, las tribunas y graderíos del "Soto Rosa" se colmaban para ver los juegos de las 11 a.m. La salida del equipo era una "verdadera fiesta deportiva", un mosaico espectacular de banderas y franelas, acompañado de fuegos artificiales, serpentinas y globos que demostraba por qué Estudiantes era el alma y el corazón futbolístico de la ciudad.
Eran otros tiempos, de un fútbol más crudo, más cercano a la gente, donde la pasión, para bien o para mal, siempre se jugaba al máximo.
7 comentarios:
Gracias Germán D' Jesús, por transportarnos a esos recuerdos, era la fiesta del fútbol, se vivía con pasión.
Gracias German por revivirestos momentos tan felices de los domingos, yo junto con mis hermanos los pasamos en el estadium Merida
Esto si era foobootl de verdad amor al deporte.valia la pena ir al estadio.
Si Pachito contaba q en sus inicios ellos fueron los fundadores..muchos años fue técnico asistente y gran jugador ..Gloria a Pachito Moreno uno de sus grandes defensores, su amor por estudiantes de Mérida , lo llevo a no dejarlo caer a segunda
Mi equipo del alma aquellos tiempos era un equipazo yo vivía al frente del estacionamiento y cuidaba y lava carros x un bolivar y hacia 5 o 10 bs eso era plata mi padre me la quitaba para guardar y sólo me daba un real 0,50 y con eso compraba pan y refresco o lo dejaba para el día siguiente ir a clase la escuela Juan Ruiz Fajardo que tiempo inolvidable gracias amigo x recordar con esa imagen Demi equipo estudiantes y como no recordar a eso comisarios amable toro y José de la o Morales era jodidos y era cuando a la policía se respetaba
Completamente cierto , sevivia el fútbol con amor y pasion, porque los jugadores le ponian la vida en cada juego. yo era amigo de Chiazaro, gran jugador Uruguayo. que tiempos. no volveran. lastima que el equipo se acabó hace mucho.
Completamente cierto , sevivia el fútbol con amor y pasion, porque los jugadores le ponian la vida en cada juego. yo era amigo de Chiazaro, gran jugador Uruguayo. que tiempos. no volveran. lastima que el equipo se acabó hace mucho.
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