viernes, 14 de noviembre de 2025

Obispos de EE. UU. Recurren a la Doctrina Social, desde León XIII, para Condenar la Estigmatización de Migrantes y el "Clima de Temor" de la Era Trump

La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) emitió un "mensaje especial" inusual y contundente el 14 de noviembre de 2019, condenando las políticas migratorias de la administración del entonces presidente Donald Trump. 

La declaración, aprobada casi por unanimidad (216 votos a favor), se convirtió en una censura pastoral a la política de deportaciones masivas y a la retórica antiinmigrante, que había generado un "clima de temor" palpable en las comunidades migrantes.

La postura de los obispos no fue una respuesta política aislada, sino una aplicación directa de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), cuyo pilar moderno es la encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII (1891). 

Esta enseñanza se centra en la dignidad inalienable del trabajador y en el principio de la opción preferencial por los pobres, aplicándose directamente a la situación de los migrantes. La condena a la "estigmatización" y la "deportación masiva" se basa en que la dignidad de la persona está por encima de las consideraciones políticas.

El mensaje episcopal condenó la situación generada por la intensificación de las medidas de control migratorio de 2019, como los Protocolos de Protección de Migrantes ("Quédate en México") y las redadas del ICE.

Los obispos manifestaron su profunda preocupación por el "clima de temor y ansiedad" entre su pueblo, la "estigmatización de los inmigrantes" en el debate público y las precarias "condiciones en los centros de detención", señalando además la falta de acceso a la atención pastoral. También deploraron las "amenazas contra la santidad de los lugares de culto", buscando proteger a iglesias, hospitales y escuelas de las incursiones migratorias.

La declaración generó dos respuestas claras: los grupos pro-inmigrantes acogieron el mensaje como una validación moral y una reafirmación de la solidaridad de la Iglesia, celebrando el llamado a respetar los "lugares sensibles". 


Por su parte, la Casa Blanca mantuvo una postura de defensa de la seguridad nacional y la aplicación de la ley, desestimando en gran medida la crítica episcopal como una interferencia política y manteniendo la prioridad en asegurar las fronteras. 


En esencia, el mensaje de la USCCB fue una intervención moral que desafió las políticas de la era Trump al reafirmar, desde la tradición de la DSI, el compromiso de la Iglesia con la dignidad humana de los migrantes.

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