domingo, 7 de diciembre de 2025

El Testigo Indiscreto: La Belleza de Jackie Kennedy vs. La Historia de Rómulo


​Cuentos y Verdades de Álvaro Sandia Briceño


Por Germán D' Jesús Cerrada

​La historia no solo se escribe en tratados y documentos oficiales, sino en esos destellos de ingenio y comentarios furtivos que desarman la pompa del poder. La visita oficial a Caracas del presidente John F. Kennedy y su esposa, la icónica Jacqueline Bouvier de Kennedy, a principios de la década de 1960, es un capítulo fundamental para las relaciones venezolano-estadounidenses, un hito diplomático que Álvaro Sandia Briceño rescata, no desde la sala de acuerdos, sino desde el salón del banquete.

​Sandia Briceño nos lleva al fastuoso Banquete de Honor ofrecido por el presidente Rómulo Betancourt en la Casa Amarilla. El evento era un crisol de la élite política y social, pero el contraste visual era ineludible: la sofisticación de Jackeline, sentada junto al recio y adusto Betancourt, se robaba el protagonismo.

​El verdadero punto de inflexión, sin embargo, no estuvo en la mesa presidencial, sino en la mesa de los invitados, donde el escritor y director de El Nacional, Miguel Otero Silva (MOS), observaba la escena con su característica agudeza. Un hombre que había compartido trincheras y desencuentros con Betancourt desde los tiempos de 1928, MOS tenía la autoridad moral y el ingenio para juzgar sin tapujos.

​A un dirigente de Acción Democrática sentado a su lado, le confió una reflexión que, por su sinceridad y humor, se incrustó en el anecdotario nacional:

​"Lo que son las cosas, yo conozco a Rómulo desde los sucesos del año 1928... pero con todos los años que tenemos de amistad nunca me había dado cuenta de lo feo que es Rómulo hasta ahora en que lo veo sentado al lado de Jackeline."

​El comentario de MOS, que casi hace que su interlocutor acabara con la formalidad del banquete debido a un incontrolable ataque de risa, es la esencia del estilo que nos presenta Álvaro Sandia Briceño. El cuento corto, en apariencia un simple chiste, es una poderosa herramienta de la crónica histórica. Demuestra cómo el esplendor internacional (simbolizado por la belleza global de Jackie) se convierte en el espejo donde se reflejan las figuras nacionales con todas sus imperfecciones.

​Álvaro Sandia Briceño, a través de esta pieza, no solo documenta un evento, sino que humaniza a los gigantes de la política, recordándonos que incluso los presidentes son vulnerables a la comparación y a la lengua afilada de un intelectual. Esta joya narrativa es un ejemplo brillante de cómo la historia, cuando se cuenta con perspectiva y una dosis de ironía, es infinitamente más memorable.

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