Las Elecciones Generales celebradas en Honduras el pasado 30 de noviembre de 2025 han desembocado en una de las contiendas presidenciales más ajustadas de la historia reciente del país.
Con el escrutinio de votos en curso por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE), la incertidumbre persiste, y la población se mantiene a la espera de un resultado oficial.
Los datos preliminares sitúan a Nasry Asfura, candidato del Partido Nacional (PN), con una muy ligera ventaja sobre su principal contendiente, Salvador Nasralla, del Partido Liberal (PL). Los informes más recientes indican que la diferencia entre ambos aspirantes es de apenas unos miles de votos, lo que se traduce en un margen porcentual inferior a un punto.
El Partido Nacional y el Partido Liberal, ambos de tendencia conservadora, están inmersos en una lucha voto a voto que definirá al próximo Presidente de la República, quien ganará por mayoría simple en una única vuelta.
En un distante tercer lugar se encuentra Rixi Moncada, candidata del partido oficialista Libertad y Refundación (Libre). Su ubicación confirma un probable giro en el panorama político hondureño hacia el centro-derecha tras la jornada electoral.
Ante la estrechez de los resultados, la tensión política ha aumentado.
Ambos candidatos principales han hecho llamados a la calma a sus seguidores, al mismo tiempo que han instado a la vigilancia extrema para garantizar la transparencia en el conteo final de cada acta.
El Consejo Nacional Electoral ha reiterado que el proceso continúa y que no se emitirá una declaración de ganador hasta que el escrutinio de la totalidad de las actas de votación haya concluido y sido debidamente auditado. La definición del nuevo presidente de Honduras se postergará hasta que el CNE emita su informe final.
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