Federico Montes, con el ojo en el visor y el alma en el ruedo, bajo la mirada de una plaza de San Cristóbal a reventar de pasión.
Por: Germán D' Jesús Cerrada
La plaza tuvo un silencio distinto en las últimas corridas de toros de las ferias de San Sebastián, El Sol y Tovar; el callejón extrañó la mirada aguda y el clic oportuno de quien sabe entender el rito de la lidia. El colega fotógrafo Federico Montes, ese incansable cazador de luces y sombras, se encuentra hoy en una faena distinta: la de su recuperación tras una delicada intervención quirúrgica que lo ha apartado momentáneamente de su gran pasión.
Federico es Ingeniero Industrial de profesión, pero su alma se define a través del visor de una cámara. Para él, la fotografía taurina es el motor que lo lleva a recorrer cada rincón del callejón, cargando sus equipos y plasmando con magistral sabiduría ese instante exacto en que el torero se entrega ante la bravura.
Formado en la tradición de San Sebastián, en su querida San Cristóbal, Federico respira toros desde niño. Esa herencia se transformó, hace ya trece años, en una presencia constante en los callejones de las plazas de San Cristóbal, Mérida y Tovar, donde más que un fotógrafo, es un aficionado que siente cada pase, convirtiendo momentos efímeros en registros para la historia.
Hoy, la vida le ha pedido una pausa necesaria. La cámara descansa junto a su dueño en un reposo intenso, esperando que el aliento regrese con fuerza. Es un retiro breve de lo que más disfruta, una distancia obligada para sanar. Sin embargo, todos en el mundo del toro sabemos que esta es solo la antesala de su regreso triunfal. Porque así como los grandes maestros, Federico Montes regresará por la Puerta Grande una vez que su recuperación sea total, para seguir regalándonos su arte desde el callejón.
En este tiempo de fe y unión, elevamos una oración por su bienestar. Que el Feliz Año Nuevo 2026 sea el escenario de una recuperación de salud total, para que la providencia te permita estar de nuevo frente a la faena taurina, capturando con tu lente la grandeza del ruedo. ¡Olé y mucha fuerza, Federico!
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