Tres figuras resolvieron las dificultades que el público no vio
EMILIO TRIGO,
Almería
El primero de la tarde salió abanto y desentendido para que lo sacase Pablo
con dos rejones efectivos sin encelar al toro en el jaco. Con Disparate
todo cambió. Se lo dejó llegar muy cerca del estribo y metió al público
en el bolsillo cuando el toro sacó ritmo en las hermosinas. Subió el
tono con Habanero, reuniendo muy arriba y siempre de frente, con
piruetas en la cara. Pirata fue el utilizado para las cortas y el
teléfono. Mató de rejonazo, pero tuvo que descabellar y perdió un
trofeo.
Muy parecido al abreplaza fue el primero, toro desentendido que enceló Hermoso con
Churumay en dos rejones con el animal deslucido y sin sguir a las
cabalgaduras. Con Chenel comenzó a subir el tono a base de quiebros y
pasadas por dentro de las tablas, siempre cosido al estribo. Con Dalí
continuó en la misma tónica, ofreciendo los pechos en la cara y citando
con la grupa en el centro del ruedo. Volvió a confiar en Pirata a la
hora de las cortas, con un carrusel y un enorme par a dos manos, con el
toro ya en el tercio. Un pinchazo y un rejonazo trasero dejaron el
premio en una oreja.
Julián López recibió al toro a pies
juntos con el toro protestón para repetir, que se durmió en el peto sin
pegarle y con el que Juli hizo lo que quiso. Mucha nobleza la del
animal, Juli le dio media distancia, acortándola a
medida que perdía fuelle el animal, muy a menos. Volapié de la casa y
una oreja que voló al esportón.
Con el quinto, blando y endeble en los primeros tercios, pareció que Juli
fue el único que vio las virtudes del toro. Y tuvo la virtud del fondo
el animal, pero hubo que ponerle la muleta muy de verdad para que no
sacara el genio, que mitigaba con la obediencia al toque fuerte y la
exigencia. Fueron macizas tres tandas de mano diestra, muy rebozadas,
que quedaron más livianas con la falta de clase del toro al natural. Los
tres pinchazos, sin embargo, impidieron la concesión del doble premio.
Cambió mucho el tercero. Sin recorrido en el capote, se quedó bajo la tela y blandeó, pero supo buscarle el fondo Perera
hasta que sacó incluso un punto de genio, más complicado de lo que pudo
ver el tendido. Vino dormido al embroque y apretó para adentro sin que
mudase el rostro un Perera de gran facilidad en las telas para hacer lo
difícil. La faena ha sido un fiel reflejo de su tauromaquia, desde la
media distancia hasta que se montó encima, sin tropezarle nunca la
muleta y sin desfallecer la ligazón. Tuvo profundidad el trasteo, pero
le faltó transmisión al toro para que aquello fuera más rotundo.
El sainete del público almeriense
pidiendo la devolución del sexto por manso fue de categoría. Remiso a
embestir, agarrado al suelo y acobardabo, humillaba sin embargo, y fue Perera
quien pidió calma a la afición. Y rompió a embestir en la muleta sin
salir huyendo antes de los jacos. Todavía más irascible se puso el
tendido cuando Perera lo brindó a la concurrencia. Pero allí rompió el
toro a embestir cuando comenzó a tragarle con la muleta siempre en la
cara, ligando mucho a base de tragar y construir el punto de genio manso
del animal. Eligió terrenos, además, el extremeño, y no le consintió
que los eligiera el animal. Allí dejó patente su capacidad, su
inteligencia y su soberbia torera para firmar naturales de mucha
profundidad. Fue de oreja importante por la defectuosa estocada, pero
sacó el presidente los dos pañuielos a la vez.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Almería. Feria de la Virgen del Mar, tercera de abono. Media entrada. Toros de San Mateo (primero y cuarto) y Charro de Llen,
correctos de presentación y manejables de comportamiento. Manso a más;
noble y desrazado el segundo; exigente en las demandas el geniudo
tercero; manso y aplomado el cuarto; exigente y con genio; de mansa
arrancada y emotiva embestida el sexto.
Pablo Hermoso de Mendoza: ovación y oreja.
El Juli (verde botella y oro): oreja y ovación.
Miguel Ángel Perera (ciruela y oro): oreja y dos orejas.
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