viernes, 29 de agosto de 2014

La difícil facilidad

Tres figuras resolvieron las dificultades que el público no vio

EMILIO TRIGO, Almería
Las figuras del toreo lo son por algo, de eso no cabe duda. Lo son porque ven más allá de lo evidente y conjugan lo que perciben con su capacidad, de la que son conscientes. Lo es Pablo Hermoso, que lleva 25 años lidiando embestidas mansas como las de hoy para saber cuáles son los resortes que le valen para cuajar a los de San Mateo, aunque no viajase certera la espada. Lo es El Juli para darse cuenta de que había fondo en la evidente carencia de raza del protestado quinto para macerar una labor con un material que sólo le vale a él. Lo es Miguel Ángel Perera para ver humillación y virtudes -una vez limadas las aristas- donde ve mansedumbre y renuencia una plaza entera. Por algo había hoy tres figuras en Almería.

El primero de la tarde salió abanto y desentendido para que lo sacase Pablo con dos rejones efectivos sin encelar al toro en el jaco. Con Disparate todo cambió. Se lo dejó llegar muy cerca del estribo y metió al público en el bolsillo cuando el toro sacó ritmo en las hermosinas. Subió el tono con Habanero, reuniendo muy arriba y siempre de frente, con piruetas en la cara. Pirata fue el utilizado para las cortas y el teléfono. Mató de rejonazo, pero tuvo que descabellar y perdió un trofeo.

Muy parecido al abreplaza fue el primero, toro desentendido que enceló Hermoso con Churumay en dos rejones con el animal deslucido y sin sguir a las cabalgaduras. Con Chenel comenzó a subir el tono a base de quiebros y pasadas por dentro de las tablas, siempre cosido al estribo. Con Dalí continuó en la misma tónica, ofreciendo los pechos en la cara y citando con la grupa en el centro del ruedo. Volvió a confiar en Pirata a la hora de las cortas, con un carrusel y un enorme par a dos manos, con el toro ya en el tercio. Un pinchazo y un rejonazo trasero dejaron el premio en una oreja.

Julián López recibió al toro a pies juntos con el toro protestón para repetir, que se durmió en el peto sin pegarle y con el que Juli hizo lo que quiso. Mucha nobleza la del animal, Juli le dio media distancia, acortándola a medida que perdía fuelle el animal, muy a menos. Volapié de la casa y una oreja que voló al esportón.
Con el quinto, blando y endeble en los primeros tercios, pareció que Juli fue el único que vio las virtudes del toro. Y tuvo la virtud del fondo el animal, pero hubo que ponerle la muleta muy de verdad para que no sacara el genio, que mitigaba con la obediencia al toque fuerte y la exigencia. Fueron macizas tres tandas de mano diestra, muy rebozadas, que quedaron más livianas con la falta de clase del toro al natural. Los tres pinchazos, sin embargo, impidieron la concesión del doble premio.
Cambió mucho el tercero. Sin recorrido en el capote, se quedó bajo la tela y blandeó, pero supo buscarle el fondo Perera hasta que sacó incluso un punto de genio, más complicado de lo que pudo ver el tendido. Vino dormido al embroque y apretó para adentro sin que mudase el rostro un Perera de gran facilidad en las telas para hacer lo difícil. La faena ha sido un fiel reflejo de su tauromaquia, desde la media distancia hasta que se montó encima, sin tropezarle nunca la muleta y sin desfallecer la ligazón. Tuvo profundidad el trasteo, pero le faltó transmisión al toro para que aquello fuera más rotundo.

El sainete del público almeriense pidiendo la devolución del sexto por manso fue de categoría. Remiso a embestir, agarrado al suelo y acobardabo, humillaba sin embargo, y fue Perera quien pidió calma a la afición. Y rompió a embestir en la muleta sin salir huyendo antes de los jacos. Todavía más irascible se puso el tendido cuando Perera lo brindó a la concurrencia. Pero allí rompió el toro a embestir cuando comenzó a tragarle con la muleta siempre en la cara, ligando mucho a base de tragar y construir el punto de genio manso del animal. Eligió terrenos, además, el extremeño, y no le consintió que los eligiera el animal. Allí dejó patente su capacidad, su inteligencia y su soberbia torera para firmar naturales de mucha profundidad. Fue de oreja importante por la defectuosa estocada, pero sacó el presidente los dos pañuielos a la vez.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Almería. Feria de la Virgen del Mar, tercera de abono. Media entrada. Toros de San Mateo (primero y cuarto) y Charro de Llen, correctos de presentación y manejables de comportamiento. Manso a más; noble y desrazado el segundo; exigente en las demandas el geniudo tercero; manso y aplomado el cuarto; exigente y con genio; de mansa arrancada y emotiva embestida el sexto.

Pablo Hermoso de Mendoza: ovación y oreja.
El Juli (verde botella y oro): oreja y ovación.
Miguel Ángel Perera (ciruela y oro): oreja y dos orejas.

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