Corta dos orejas, que pudieron ser cuatro, a un lote excelente
fabián simón
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A lo largo de la jornada, escucho muchas jotas y apunto
algunas, entre comillas: «Voy a decirles a ustedes, / con mi mayor
humildad, / lo que ha pasado en la Plaza / en este día especial». Al
leer el cartel: «Tienen las reses dos hierros / y eso me hace sospechar:
/ ¿No hay seis toros en el campo / para poderlos lidiar?» Es muy bueno el lote de El Juli (uno de cada ganadería); muy mansos, primero y tercero.
Esta Plaza adora a Padilla:
«A los mil héroes gloriosos / que ha habido en esta ciudad/ se ha
sumado ya Padilla: / para el pueblo, un héroe más». Pero no tiene
suerte, esta tarde. El primero, con más de 600 kilos, es un manso
condenado a banderillas negras. «Se impone con buen oficio / al gran mansazo inicial
/ que pega un fuerte arreón / tras la estocada mortal». El cuarto se
queda en el peto una eternidad, se deja allí toda la fuerza. «Se ha
dormido en el caballo / tanto rato el animal/ que aclaman a un monosabio
/ porque lo logró sacar».
Se despide Roberto Domínguez
como apoderado de El Juli: «Por última vez Roberto / vino al Juli a
acompañar. / Murió el G-5, supongo: / vuelta a la normalidad». El Juli,
con dos toros excelentes, ha podido cortar cuatro orejas. El segundo,
de Parladé, merece la vuelta al ruedo y el diestro lo aprovecha por
completo pero mata a la tercera. «Es noble y flojo el Juan Pedro, /
tiene enorme calidad; / El Juli lo saborea / como un dulce mazapán /.
Pocas tardes tan a gusto se habrá encontrado Julián». También da buen
juego el quinto, de Victoriano, aunque se apaga pronto. «López hace
lopecinas, /a nadie puede extrañar, / y redondea su tarde / toreando al
natural». Esta vez sí acierta con la espada, con salto: dos orejas y
salida a hombros.
No tiene fortuna con su lote Perera.
El segundo hace extraños, es deslucido. «Aunque el toro sea incierto /
es tal la seguridad / de Perera, que lo acaba / dominando, sin dudar, /
hasta que el toro se raja: / no ha tenido material». Se repite la
historia en el último, al que recibe con nueve lances de rodillas. «Muy poco toro es el sexto / para triunfar de verdad / un diestro como Perera / de tanta capacidad».
Concluye la Feria: «Se acaba una temporada / rara, extraña y desigual / pues la Fiesta de los toros / como España siempre está».
También concluye esta crónica: «A nuestra madre del Cielo, / a la
Virgen del Pilar, / le agradezco me dio fuerzas / para poder terminar».
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