miércoles, 21 de octubre de 2015

La Fiesta de los toros triunfa en una temporada de muchos ataques

Como definió con claridad Ortega y Gasset, la Tauromaquia es un espejo que refleja fielmente el estado de nuestra sociedad. En un año tan convulso para España, no puede sorprender que la Fiesta haya vivido tantos ataques, justamente por su carácter de española. A ello se une cierto animalismo mal entendido, empeñado en olvidar que, sin las corridas, el toro bravo, como especie, simplemente no existiría. La ignorancia y el sectarismo de muchos ayuntamientos populistas, patente en temas tan graves como la valoración de la Hispanidad y de la Monarquía, ha encontrado en los ataques a la Tauromaquia una manera de convertirse en noticia y de dar satisfacción a sus aliados antisistema.

LOS PERCANCES

También ha estado marcada esta temporada por la abundancia de percances muy graves, ya sean cornadas (Jiménez Fortes, Paquirri, Perera) o fracturas y lesiones de larga duración (Ferrera, Ponce). Esto sólo puede sorprender a los que tienen una falsa idea, a lo Walt Disney, del toro como un «pobrecito animal»; en realidad, es una de las fieras más temibles que existen. Ya lo escribió Ignacio Sánchez Mejías (citando al Gallo padre): «El que no quiera que le cojan, que se meta a obispo». Los avances de la medicina han permitido recuperaciones que, hace años, hubieran sido muy difíciles. En todo caso, estos percances prueban el heroico valor de los diestros. 

SIGNOS POSITIVOS

El 13 de agosto, volvió a abrirse, tras dos años de prohibición, el coso de Illumbe. Al día siguiente, con una fotografía de Don Juan Carlos recibiendo el brindis del primer toro, que le hizo Enrique Ponce, la portada de ABC titulaba así: «San Sebastián rompe el veto de Bildu a los toros». Y el editorial del periódico definía «el gran valor de la Tauromaquia: la Fiesta es libertad, el derecho a disfrutar de este arte». Ése es el justo enfoque: no se trata de imponer a nadie la afición a un arte sino de defender nuestra libertad y algo que, en el mundo entero, es visto como seña de identidad de nuestra nación. Como definió esa tarde Don Juan Carlos, «es un activo de España».

Los aficionados hemos agradecido la presencia en los toros de Don Felipe, desde la primera corrida de San Isidro, y la frecuente de Don Juan Carlos, a lo largo de la Feria. 

Como todo arte, la Tauromaquia se nutre, a la vez, del respeto a la tradición y de la permanente renovación. Un hecho indudablemente positivo, esta temporada, ha sido la aparición de nuevos diestros, que han renovado la ilusión de los espectadores.

LOS MATADORES
Con 25 años de alternativa, Enrique Ponce ha protagonizado una temporada extraordinaria, uniendo la sabiduría a la ilusión juvenil. Morante y Manzanares han deleitado con faenas de gran estética; El Juli, con la regularidad de sus éxitos; Perera, con su poderío y entrega; Talavante, con su originalidad creativa; Castella, con la rotundidad de su valor. 

A la primera fila intentan acceder Diego Urdiales, con su estilo clásico, y López Simón, la gran revelación de la temporada, que ha abierto tres veces seguidas la Puerta Grande de Las Ventas. Rafaelillo se ha consagrado como líder en las corridas duras, en las que también han brillado Escribano, Fandiño, Robleño y Ureña. Por el número de festejos, destacan El Fandi (cabeza del escalafón) y Padilla; por la finura de su estilo, Luque y Morenito de Aranda. Reverdecen sus laureles algunos veteranos, como Eugenio de Mora. Ilusionan jóvenes como Garrido y Roca Rey.
No hay que olvidar el gesto de dos matadores retirados, Espartaco y Dávila Miura, que torearon con éxito una tarde en Sevilla, como gesto de apoyo a la Feria de Abril.

NOVILLEROS

Todo el mundo coincide en que la «cosecha» de este año ha sido de las mejores. Está llamado a ser una gran figura el peruano Roca Rey, que acaba de tomar la alternativa, igual que Posada de Maravillas, muy artista. Cualidades excepcionales tiene el extremeño Ginés Marín, que lo hará en Nimes. Junto a él, ha destacado el castellonense Varea, que la tomará en la Feria de su tierra. Han de completar su aprendizaje pero ya han destacado el toledano Álvaro Lorenzo, el madrileño Espada, el salmantino Alejandro Marcos, el francés Clemente...

REJONEADORES

El líder indiscutible de los toreros a caballo es Diego Ventura, que el 19 de abril abrió por décima vez la Puerta del Príncipe y para el que se pidió un rabo en Las Ventas, el 16 de mayo, después de cortar cuatro orejas. Junto a él, permanece el magisterio clásico de Pablo Hermoso de Mendoza, que reparte su temporada entre América y España.

También han abierto la Puerta Grande de Madrid los caballeros Sergio Galán y Leonardo Hernández. Notables éxitos han logrado Ginés Cartagena y el portugués Joao Moura hijo. De los más jóvenes, se ha afianzado Manuel Manzanares y la francesa Lea Vicens. Ésta ha sido la temporada de despedida de Fermín Bohórquez. 

LOS TOROS

Triunfador indiscutible ha sido Fuente Ymbro, que ha lidiado grandes toros en varias Ferias y una corrida excepcional en Logroño; también ha triunfado muchas tardes Alcurrucén.
Dentro de las divisas «duras», han obtenido éxitos Miura, Victorino, La Quinta, Escolar, Adolfo y Saltillo. 

Las figuras han preferido los toros de Garcigrande-Domingo Hernández, Jandilla, Núñez del Cuvillo y Daniel Ruiz; con menos regularidad, Zalduendo y Juan Pedro Domecq. En las novilladas, sigue en lo alto El Parralejo. Para rejones, los murubes de Capea.

NUEVAS ESPERANZAS

Al finalizar la temporada, se abren, en medio de las nubes, algunos rayos de esperanza muy concretos:
1. Si las figuras acceden a «abrir» los carteles, puede darse una interesantísima competencia con los jóvenes, que vienen apretando: López Simón, Garrido, Roca Rey, Ginés Marín...
2. Las recientes declaraciones de Morante a ABC, manifestando que quiere torear en Sevilla cinco tardes, abren un nuevo horizonte de expectativas para la Feria de Abril. (La habilidad de Joaquín Moeckel parece estar detrás de este anuncio). Sueñan ya algunos con un mano a mano entre Morante y Manzanares, para el Domingo de Resurrección. Y deberán decidir si abandonan ya su absurdo veto a Sevilla El Juli, Perera y Talavante.
3. El mismo Morante se ha querellado contra el antitaurino que lo insultó gravemente: una actitud de defensa jurídica que debería utilizarse más.
4. El anuncio de que el Ministerio de Educación prepara un título de Formación Profesional para los toreros (algo previsto en el Pentauro) puede dar una salida lógica y razonable a las Escuelas de Tauromaquia, librándolas de la dependencia de las subvenciones para instalarlas en la normalidad de la enseñanza de una manifestación artística, que forma parte de nuestro patrimonio cultural.
5. Algunos profesionales taurinos han anunciado la creación de un organismo para defender la Fiesta jurídicamente y en el terreno de la comunicación . ¡Ya era hora! Esperemos que se lleve a la práctica de modo eficaz.

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