Por ser como es, como torero y como persona, Padilla está donde está después de muchos sufrimientos y mucho esfuerzo. Acaba de abrir la Puerta del Príncipe y dentro de unas semanas irá a Madrid.
Rafael Comino DelgadoYo le pido a Dios que le ayude y pueda abrir también la puerta grande de Las Ventas.
Ha habido, hay y
habrá toreros con gran honradez profesional, pero con más que Juan José
Padilla no los encontraremos. Es un caso único, excepcional, de
pundonor, de entrega, de ilusión, de honradez en la plaza, después de 22
años de alternativa.
Cuando Padilla se pone el vestido de torear se transforma
en un héroe, un ciclón, que da en la plaza todo lo que humanamente se
puede dar. Da lo mismo cómo sea el toro que tiene delante. Tiene su
tauromaquia y la aplica según el caso, pudiéndose contar con los dedos
de la mano, y sobran, las tardes que no sale triunfante.
Su toreo podrá gustar más o menos, pero él tiene sus seguidores, su público, al que jamás defrauda.
El que compra una entrada para ver al maestro Padilla sabe que le devolverá, en el ruedo, hasta el último céntimo y mucho más.
Pero no es sólo eso. Les recomiendo que le observen
durante la corrida y comprobarán que, tanto si es director de lidia como
si no lo es, está siempre pendiente de todos los detalles, de todos los
compañeros, con su capote presto a hacer el quite oportuno para, en
definitiva, ayudar a que todo transcurra normalmente.
Ahora acaba de
abrir la Puerta del Príncipe, un sueño de todo el que se viste de
torero, un logro que muchas figuras no han conseguido en toda su vida.
Pudo salir por esa emblemática puerta en loor de multitudes, aclamado
por la afición como un coloso, como un héroe; solo él sabrá lo que
sintió en ese momento, pero su cara denotaba enorme emoción.
Me alegro mucho por ello, porque creo que se lo merece con
creces; me alegro por todo lo bueno que le pase al maestro Padilla,
porque es un hombre extraordinario y un gran torero.
Dentro de unas semanas irá a Madrid. Yo le pido a Dios que
le ayude y pueda abrir también la puerta grande de Las Ventas. Con toda
seguridad que por él no va a quedar; su entrega será total, como
siempre, y como le ayuden los toros lo conseguirá.
Por ser como es, como torero y como persona, está donde está después de muchos sufrimientos y mucho esfuerzo.
Enhorabuena y suerte maestro.
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