Rivera Ordóñez corta una oreja en su despedida de esta plaza
Miguel Abellán, en un natural - Efe
ÁNGEL G. ABAD Huesca
Miguel Abellán dio lo mejor de su toreo en una tarde plena de aciertos, impropia de quien vestía ayer por primera vez el traje de luces en la temporada. En la cuarta de la Feria de Huesca todo estaba encaminado a ofrecer una despedida triunfal a Francisco Rivera Ordóñez, que hace dos años a punto estuvo de dejarlo todo en esta plaza, y entre el homenaje de las peñas tras el paseíllo y la oreja del cuarto que paseó en triunfo tras desplegar un repertorio populista, se cumplió con el guión.
Pero los honores han de ser para un Abellán que toreó muy despacio a su primero y sorprendió ante el quinto por su firmeza y lucidez delante de un excelente toro de Carlos Núñez, que ofreció todo lo bueno de su encaste embistiendo siempre con clase y entrega. Una oreja le cortó al segundo, y otra a este quinto, pese a fallar con los aceros.
La corrida de Núñez, recortadita de hechuras, pero buena, especialmente en el último tercio. Salvo el sosito primero, todos tuvieron el denominador común de la nobleza.
Por su parte, David Mora, de no errar a espadas, también hubiera podido echar algún trofeo al esportón.
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