lunes, 13 de octubre de 2025

EL ENIGMA DE MÉRIDA (1971): La republicación del reportaje OVNI que sacudió a Venezuela


Germán D' Jesús Cerrada 

​Hace más de medio siglo, en la efervescente Venezuela de 1971, un fenómeno insólito se materializó en el cielo de la Ciudad de los Caballeros. La Revista ELITE, referente indiscutible del periodismo de la época, dedicó las páginas 20 y 21 de su edición del 14 de mayo a documentar un avistamiento que trascendía la simple anécdota: "Un Platillo Volador Sobre Mérida".

​El 27 de abril de 1971, a las 12:30 del mediodía, el experimentado periodista y fotógrafo Paco Ortega observó un halo inusual rodeando el sol desde la Plaza Bolívar de Mérida. 

Sin buscar el sensacionalismo, y operando con la simple curiosidad del reportero, disparó nueve veces su cámara. 

Lo que reveló el laboratorio no fue un defecto óptico o un truco de luz, sino una secuencia de imágenes que captaban objetos misteriosos, con formas pentagonales y estelas oscuras, desafiando toda explicación convencional.

​Con la humildad y el rigor que caracterizan su texto —"No voy a ser yo precisamente, lego en la materia, quien sirva de brujo o pitoniso, para sensacionalizar la noticia"—, Ortega se limitó a entregar un documento visual y testimonial a los "estudiosos en la materia". Su crónica se adentra en la realidad de los fenómenos no identificados, en un contexto de insólitas precipitaciones y desbordamiento de "las cataratas del Cielo" que polarizaban las noticias mundiales.

​Hoy, presentamos la republicación íntegra de este trabajo pionero, manteniendo el texto y las icónicas nueve fotografías en blanco y negro de la publicación original. Más que una pieza de hemeroteca, este reportaje es un testimonio fundamental para la ufología venezolana y un recordatorio de que, a pesar del tiempo, el interrogante sigue flotando sobre el firmamento andino: ¿Qué sobrevoló realmente en Mérida aquel mediodía?

​Invitamos a nuestros lectores a revivir esta histórica crónica de ELITE y a sumarse a la reflexión que Paco Ortega dejó a la sagacidad de su audiencia: "Lo que a la vista está, no necesita mayor explicación."

¿UN PLATILLO VOLADOR SOBRE MÉRIDA?

El 27 de Abril, a las 12 y 30 del día, en el cielo de Mérida apareció un objeto misterioso.

¿Algún platillo volador?
Quién sabe. El periodista se limitó a tomar estas nueve fotografías como documentos para los estudiosos en la materia.

Texto y fotos: PACO ORTEGA

SOBRE la presencia de objetos no identificados, comúnmente llamados "OVNIS", en el cielo venezolano, se ha escrito mucho y especulado aún mucho más. Existen libros sobre este tema muy bien documentados.

No voy a ser yo precisamente, lego en la materia, quien sirva de brujo o pitoniso, para sensacionalizar la noticia. Simplemente voy a referir el caso tal como sucedió y, desde luego, sin "saber lo que hacía", para los efectos sorprendentes de lo que más tarde reveló mi laboratorio. No desconozco que en ciertos momentos de fenómenos celestes, se produce una concentración de rayos infrarrojos junto a los ultravioletas que normalmente cubren el costrón de la tierra. Cuando un aficionado o profesional de la fotografía, quiere obtener tomas con nitidez asombrosa o penetración en ciertos ambientes "prohibidos" para las películas normales, emplea precisamente las que se denominan infrarrojas. Yo no empleé este tipo de película, precisamente porque tampoco ignoraba que dentro de los halos a veces muy normales y corrientes aparecidos en el cielo, visibles en toda su magnitud como sucede con nuestro familiar Arco Iris, existe esa capa infrarroja que facilita la fotografía de lo que "fuese" sin que el fotógrafo sepa concretamente lo que está haciendo, como me sucedió a mí. Tomé tan sólo fotográficamente, el halo que apareció circulando el sol y cuya superficie total interior, era visiblemente mucho más oscura que el resto de la capa celeste, nubosa y parcialmente azul.

EL HECHO

El día martes 27 del mes de abril, a las doce y treinta minutos del mediodía, observé sobre el cielo de Mérida, este fenómeno que ya he mencionado. Es decir: el sol estaba rodeado de un inmenso halo no precisamente vestido con los colores del Arco Iris, sino más bien, a simple vista de un profano como yo, de unos tonos indefinidos, pero sin duda alguna con cierto color. Sin pensarlo dos veces tomé nueve fotografías en diferentes ángulos desde la Plaza Bolívar de la ciudad de Los Caballeros y no le concedí mayor importancia. Con motivo de mis actividades profesionales, había regresado de la localidad de Tabay, donde la noche anterior a este fenómeno, se habían producido enormes precipitaciones pluviales innundando y destruyendo algunas instalaciones e incluso dos o tres viviendas, con el infortunado balance que ya el país conoce. Cabe señalar, que tanto el día anterior a la toma fotográfica como el mismo del 27 en que fue tomada, Mérida registró el caudal de lluvias más grande que se conozca en muchísimos años. Si a este proceso de las aguas se le complementa con las caídas en el resto del País, como también ha sucedido en la Capital de la República, completamos un ciclo no misterioso, pero sí, sin considerarlo muy alarmante, digno de algunos estudios. Para nadie son un secreto los fenómenos que mundialmente se vienen registrando desde que se inició este desbordamiento de "las cataratas del Cielo" y precisamente desde la semana que apuntamos en este trabajo. La Argentina... Brasil... Centro
América... han polarizado los comentarios de las radios europeas y norteamericanas, haciendo resaltar que esta ola de desastres nunca se había registrado con tal magnitud.

La especulación sobre los artefactos sobradamente conocidos en todo el universo y que recorren el firmamento como Pedro por su casa, son tan comunes en las conversaciones y de tan limitada importancia, que puedan balancearse con los del fútbol o las bolas criollas de una partida sabatina o dominguera. Ahora bien, la otra especulación, la de los misteriosos objetos que nadie aun ha podido esclarecer, o definir, para ilustrar aunque sea aun más nuestra fantasía, siguen en el más profundo misterio. Nadie sabe nada concretamente. Yo mismo he podido observar en el purísimo cielo merideño, a altas horas de la madrugada, objetos luminosos perfectamente visibles y con una trayectoria semicircular que se van perdiendo en el horizonte oscuro. Esto, para nadie, repito, es un secreto, puesto que personalmente invité a varios amigos, para que lo presenciaran, aun no hace dos meses, en ocasión de recibir a unos invitados en mi vieja casona del Páramo.

Lo que sí puedo llamar a la reflexión de los documentados en esta materia o simplemente estudiosos, son las fotografías que he enviado a la Revista ELITE y cuya primicia, naturalmente, no sólo a título de redactor de la misma, sino, porque dentro de nuestra casa, existen personas facultadas para opinar al respecto, he considerado obligatorio hacerlo antes de que cualquier otra persona pueda interpretar fielmente o no, lo que origina esta crónica y que considero importante para su estudio.

No se puede hablar de posibles defectos ópticos, que en un principio admitía, tampoco de defectos de cámara, porque sería imposible que ambos "imponderables" se pusieran de acuerdo para dirigir, ampliar y proporcionar esos mismos objetos que ustedes están ahora observando.

Nótese, que los objetos citados tienen movimiento: a veces son más grandes y aparecen solos, otras "van acompañados" y sobre todo que el cuerpo central del instrumento u objeto inidentificable, siempre rodeado de un halo, está compuesto por cinco caras, lo que constituye un perfecto cuerpo pentagonal, como puede observarse en las fotografías de los misteriosos acompañantes que dejan siempre una estela totalmente negra, lo que hace suponer que el rastro original es totalmente negro.

Como dato de referencia situé la cornisa de la Catedral metropolitana. De esta manera y secuencialmente situadas las fotos, observarán que, en efecto, los objetos no identificados, son direccionales. También hay que señalar que entre una y otra foto, salvo tres, se operó un lapso de diez a doce segundos, lo que facilita naturalmente la movilidad, el alojamiento y la proximidad, así como la aparición y desaparición de los pentágonos que lo acompañan a intervalos.

A la sagacidad o especulación de los lectores de la Revista ELITE dejo este comentario, que por mi parte no dejo de considerar sumamente interesante y que escapa a cualquier fantasía, porque lo que a la vista está, no necesita mayor explicación.

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