Germán D' Jesús Cerrada
El molinete invertido de Morante de la Puebla no es solo un movimiento en la plaza; es una declaración artística.
Esta suerte, que rompe con la ortodoxia del toreo tradicional, se ha convertido en la firma personal del maestro, elevando una faena a la categoría de legado cultural.
La genialidad de Morante radica en su capacidad para infundir una gracia innata y una intención profunda en un giro que parece improvisado.
Este movimiento, lleno de plasticidad, refleja una técnica depurada y un profundo conocimiento de la lidia, demostrando cómo la tauromaquia, en las manos de un artista, puede seguir evolucionando y generando momentos de belleza únicos.
Es un recordatorio de que el toreo es un arte en movimiento, donde el talento individual puede trascender y dejar una marca imborrable en la historia.
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