Llega tarde. Lo habitual en un torero, que solo llegan puntuales a la plaza y porque les multan. Le ha entretenido Dana. La mima. Desayuna con ella cada mañana...
NOELIA JIMÉNEZ
Llega tarde. Lo habitual en un torero, que solo llegan puntuales a la plaza y porque les multan. Le ha entretenido Dana. La mima. Desayuna con ella cada mañana y lo primero que hacen es dar un paseo juntos antes de enfrentarse al día.
Dana es su perra. Un cachorrito de la familia de Scottex, solo que ya un poco crecidita. Le queda bien. Porque Alberto López Simón tiene pinta de buenazo. Y habla así como suave, con cariño. Un punto dulce.
Quedamos en Barajas, en su pueblo. Le conocen en la terraza donde desayunamos (él zumo de naranja, que se cuida y hasta hace curas depurativas para quemar la comida insana con la que se castiga cuando está solo en casa: "lo más sano y natural que me preparo es un bocadillo de chorizo”, confiesa). Le saludan y se tiran un buen rato hablando con él. Y mientras, el móvil sonando… "He tenido que cambiarlo porque la batería no me duraba ni dos horas. Me he comprado el último que ha salido, el iPhone 6, porque con el que tenía no podía funcionar ni mediodía…”. Y no termina la frase porque el teléfono vuelve a sonar.
Torero de Barajas, ¿siente usted que ha despegado?
Siento que ha habido un cambio de hace dos meses aquí, pero más en lo cuantitativo, en la estadística y en los números. Recibo más llamadas y hay algún contrato más, pero en la vida diaria siento que todo sigue igual: sigo mi misma rutina, los mismos entrenamientos, salgo con los mismos amigos…
Soy consciente de que es un pequeño paso de los muchos y muchos que quedan para conseguir el objetivo.
¿Tus amigos son los colegas de siempre?
Aunque ahora mismo no puedo compartir mucho tiempo con ellos porque la profesión te absorbe casi las 24 horas del día, tengo mis amigos de mi barrio, del colegio… En la profesión tengo amistades pero el único de quien soy amigo de verdad es Gonzalo Caballero… aunque cada vez que nos juntamos hablamos de todo menos de toros.
Siendo ambos del Atleti, seguro que hablaréis de fútbol…
Sí, y más que de fútbol, del Atleti. Con mis amigos me gusta desconectar y hablar de las conversaciones normales de cualquier chaval de mi edad.
Alberto, ¿por qué somos del Atleti?
Pues quizá porque me gusta sufrir y llevar la contraria a las mayorías. Mi padre me decía que tenía que ser del Madrid o del Barcelona para llevarme menos disgustos, pero por llevar la contraria me hice del Atleti. Y lo llevas tan dentro, que no se puede cambiar.
¿Kiko o Torres?
Uno es un gran referente tanto en el campo como en la afición y Kiko ha hecho grandiosas cosas en el Atleti. El doblete me pilló muy pequeño pero todo lo que me han hablado de ello ha sido mágico. Ahora tiene que ser el momento de Torres para conseguir títulos con el Atleti, que creo que es la espinita que tiene clavada.
En el toreo, como en el fútbol, ¿se va partido a partido?
La filosofía Simeone me ha servido mucho. Tengo la gran suerte de haber podido compartir charlas con Cholo y con el cuerpo técnico, sobre todo con el profe Ortega, con quien tengo una buena amistad. Y con Gabi y Tiago, después de la cornada, hablaba y les decía que no saben realmente lo que aporta la filosofía del Cholo. A mí me sirve muchísimo: partido a partido significa no mirar más allá, esforzarte aquí y ahora para conseguir el mañana… eso me ha servido mucho, igual que frases como "El esfuerzo no se negocia”: cuando sales a la plaza podrás estar mejor o peor pero tu esfuerzo es innegociable. En chiqueros hay dos toros van a entregarte su vida y tú tienes que dar la tuya por ellos.
¿Te han metido muchos goles?
En el mundo del toro cuando quieres ir por derecho y con esa inocencia inevitable cuando empiezas alguno que otro te cuelan, pero de todo se aprende. Me dijo una frase el maestro Castella: "En el toreo hay momentos de aprendizaje y momentos buenos, los malos no existen”… y yo la aplico. Los momentos de aprendizaje te curten y te enseñan a andar por la vida.
Tu estado de WhatsApp reza "En la estación de las dudas”. ¿Qué dudas tienes?
Muchísimas, continuamente. Antes de Madrid era una duda andante, porque le daba mil vueltas a la cabeza, no tenía nada más que esas dos tardes… Ahora quizá se hayan despejado algunas dudas pero quedan muchísimas: el devenir de la temporada, si llamarán de según qué plazas… Aunque creo que es lo bonito del día a día: si supieras lo que te va a ocurrir sería un poco aburrido. Ir andando y ver cómo solucionar los problemas sin saber lo que te va a ocurrir es la esencia de la vida.
[Vuelve a sonar el teléfono].
Si los trajes de luces llevasen un número, como en el fútbol, ¿con cuál te gustaría torear?
Siempre he jugado al fútbol con el 8, pero en estos últimos años el 14 es un número que tiene mucha simbología para los atléticos.
¿En qué parte del campo de juego situarías tu toreo: portero, defensa, centrocampista, delantero?
Tendría que coger cosas de cada uno. Me quedaría con la garra y el coraje de Godin, pasando por la raza y el no darse nunca por vencido de nuestro capitán Gabi, la tranquilidad y el sosiego de mi amigo Tiago, la pausa y la clase de Arda Turan… Me gustaría que fuese una mezcla de todo ello.
Pues a ti se te ve tranquilo como a Tiago.
Me gusta tomarme las cosas con calma, aunque tengo momentos en que me puedo alterar, pero es difícil. A mi madre le saco un poco de quicio: constantemente me dice que recoja mi habitación, que si esto, que si lo otro… y yo la escucho, pero me tomo todo con tranquilidad, y ella, que tiene bastante genio y nervio, se mosquea conmigo.
[Teléfono de nuevo] ¿Lo ves? Es una locura.
Se te ve un tipo cariñoso. ¿Se puede tener este carácter en el toreo sin que te pisen?
Sí, tienes que andar más con pies de plomo, pero en la vida, te muevas en el ambiente que te muevas, tienes que ser bueno y mostrarte tal como eres. Lo que siembras lo vas a recoger y con los aficionados en general me sale de dentro volcarme. Solo he podido ir una tarde a la plaza, a la Beneficencia, y tardé 20 minutos en hacer un recorrido que habitualmente hago en 5, porque muchos aficionados me paraban… y es precioso recibir ese reconocimiento, así que se merecen todo el cariño del mundo. Si he podido abrir dos veces la Puerta Grande de Madrid es por ellos. Todo artista se debe a su público y hay que devolverles el cariño que te dan.
¿Qué capricho te gustaría darte con el primer buen dinero que cobres?
Con lo que gane en Pamplona me gustaría poder cambiar mi coche, que está el pobre que creo que me habla: "Cámbiame, que cualquier día te voy a dejar tirado, que tengo mucha tralla encima”. Pero si te soy sincero, lo que más me gustaría el día de mañana es decirle a mi madre que deje de trabajar, que ya se ha ganado estar tranquila. Ese sería mi mayor capricho.
¿El coche de tus sueños?
Tengo un Audi A4 y me compraría algo que se acople un poco a mi bolsillo… pero si me pongo a soñar me gustaría un Audi A7 como el que tiene David Mora… aunque son palabras mayores.
Pues mira, las chicas de la Selección Española de Fútbol están en el Mundial con un lema: "Soñar en grande”…
Ya que soñar en gratis, ¿por qué vas a soñar en pobre? En los sueños hay total libertad y yo lo valoro mucho, sobre todo ahora que no hacen más que prohibir cosas; lo que tengo claro es que nunca me podrán prohibir soñar y pensar, así que hay que soñar y pensar en grande por obligación.
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