En el arranque de su campaña española
Con las “peludas” en mano, así arrancó campaña española 2019 este sábado Jesús Enrique Colombo. Foto: EFE
RUBEN DARIO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Tarde de importante contenido la que ha demostrado el joven espada taribeño Jesús Enrique Colombo, quien este sábado arrancaba un poco tarde su temporada taurina española. No es fácil el salto al escalafón mayor, y menos cuando para ello no vienes respaldado de un apoderado que te haga las gestiones en los despachos como debiera ser. En ello estriba también el éxito y suerte de los toreros, tras bastidores dirían por allí.
Lo cierto es que la cualidades están allí, tal y como quedaron evidentes ante los espectaculares toros del hierro de Don Samuel Flores, lidiados en la localidad jienense de Santisteban del Puerto, compartiendo cartel con los veteranos diestros Rafael Rubio “Rafaelillo”, quien fue ovacionado en su lote, y Curro Díaz, quien junto a Jesús Enrique saldría en hombros de los costaleros tras cortar tres orejas.
De todos es sabido la difícil situación que atraviesa el toreo en Venezuela, y más con sus pocos toreros que hacen campaña fuera de nuestras fronteras, donde se están manteniendo a base de afición y mucha paciencia para ganarse los contratos, como es el caso de Colombo en suelo ibérico, quien habiendo liderado el escalafón novilleril 2017 y alcanzado la alternativa a finales de ese año en Lima, le ha tocado que bregar desde este 2019 con escalar de nuevo la empinada cima de hacerse un nombre entre sus veteranos y ambiciosos compañeros de cartel, y en especial ante el serio toro cuatreño o cinqueño que tocará pechar de cara hacerse un “hueco” de nuevo en la elite del toreo, el cual nada regala y si más bien coloca obstáculos en aras de alcanzar cotas de privilegio como es el de estar presente en las principales ferias con ganaderías de lujo y “colegas” de renombre.
Esperemos que este sea el comienzo de un resurgir, ese mismo que la fiesta brava venezolana necesita tanto con Jesús Enrique Colombo como muchos otros más espadas, como incentivo, estímulo y condicionante para volver a las plazas, cuando la situación económica-política-social del país, así lo permita.