El primer novillo se apaga por completo. El toledano Gerpe
aguanta las cortas embestidas. En el día de su Santo, tiene la fortuna
de que el cuarto, manso de salida, va a mejor. El diestro logra algunos
templados muletazos, componiendo la figura, y mata con facilidad. La
petición de oreja es insuficiente.
El extremeño Tomás Angulo se luce con el capote, jugando
los brazos con soltura. El segundo vuelve rápido, tiene peligro.
Sorprende el diestro con dos faroles de rodillas y sufre una voltereta.
Se justifica con valor. El quinto flojea y protesta. Angulo alarga pero
no logra lucimiento y falla con la espada.
Se presenta el francés Lilian Ferrani, que pasó en blanco
la temporada pasada por una grave cornada, en el campo. El tercero huye
de un caballo a otro, se frena. Después de hacer el poste, es encunado,
sufre una gran paliza. El sexto sale suelto, con genio. Lo intenta
Ferrani pero el trasteo no cuaja; logra una estocada a cambio de un
pitonazo en la rodilla.
El gran público sigue de espaldas a las novilladas. En Las
Ventas, habría que intentar otras soluciones: o acuden las figuras del
escalafón (cosa que suelen eludir) o, en la canícula, cabría pensar en
nocturnas, los sábados, a precios familiares.
Al lado del palco real están los de la Comunidad y el
Ayuntamiento. En cada uno, caben unas treinta personas, repartidas en
cinco filas. Esta tarde, el palco municipal ha estado desierto: ni un
espectador. No es sorprendente, cuando la alcaldesa se dedica a promover
en Madrid el abrazo del yoga, pero sí es llamativo. Y significativo de
lo que nos espera.
Postdata. Errejón ha elogiado así a Syriza: «La hegemonía
se mueve en la tensión entre el núcleo irradiador y la seducción de los
sectores aliados laterales. Afirmación – apertura». Está tan claro que
también serviría para defender la Tauromaquia. La apostilla la ha puesto
Pablo Iglesias: «Ser intelectual es j...» ¡Qué gran verdad!
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