domingo, 21 de junio de 2015

Un palco vacío en Las Ventas

«Llegó el verano», cantaban en la película «El Álamo». Llega oficialmente el estío, a Las Ventas acuden algunos turistas y los cabales: la novillada de Aristrain y Aguadulce, que toma antigüedad, presenta dificultades: los novilleros –dos conocidos de este público y un debutante– apenas las logran resolver; sólo Luis Gerpe se luce algo en el cuarto, el más manejable.

El primer novillo se apaga por completo. El toledano Gerpe aguanta las cortas embestidas. En el día de su Santo, tiene la fortuna de que el cuarto, manso de salida, va a mejor. El diestro logra algunos templados muletazos, componiendo la figura, y mata con facilidad. La petición de oreja es insuficiente.

El extremeño Tomás Angulo se luce con el capote, jugando los brazos con soltura. El segundo vuelve rápido, tiene peligro. Sorprende el diestro con dos faroles de rodillas y sufre una voltereta. Se justifica con valor. El quinto flojea y protesta. Angulo alarga pero no logra lucimiento y falla con la espada.
Se presenta el francés Lilian Ferrani, que pasó en blanco la temporada pasada por una grave cornada, en el campo. El tercero huye de un caballo a otro, se frena. Después de hacer el poste, es encunado, sufre una gran paliza. El sexto sale suelto, con genio. Lo intenta Ferrani pero el trasteo no cuaja; logra una estocada a cambio de un pitonazo en la rodilla.

El gran público sigue de espaldas a las novilladas. En Las Ventas, habría que intentar otras soluciones: o acuden las figuras del escalafón (cosa que suelen eludir) o, en la canícula, cabría pensar en nocturnas, los sábados, a precios familiares.

Al lado del palco real están los de la Comunidad y el Ayuntamiento. En cada uno, caben unas treinta personas, repartidas en cinco filas. Esta tarde, el palco municipal ha estado desierto: ni un espectador. No es sorprendente, cuando la alcaldesa se dedica a promover en Madrid el abrazo del yoga, pero sí es llamativo. Y significativo de lo que nos espera.

Postdata. Errejón ha elogiado así a Syriza: «La hegemonía se mueve en la tensión entre el núcleo irradiador y la seducción de los sectores aliados laterales. Afirmación – apertura». Está tan claro que también serviría para defender la Tauromaquia. La apostilla la ha puesto Pablo Iglesias: «Ser intelectual es j...» ¡Qué gran verdad!

FICHA

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