lunes, 6 de agosto de 2012


Diego Ventura culmina su gesta en Huelva toreando a pie y con tres orejas en el esportón


Fotos: Carlos Núñez

Diego Ventura ha salido victorioso de su encerrona en Huelva con un balance total de tres orejas. La tarde se puso muy cuesta arriba cuando en el primero de la tarde el rejoneador cayó del caballo y recibió un fuerte golpe en el hombro izquierdo que le dejó mermado para el resto de la corrida. Además en la caída, Galán, una de las estrellas de su cuadra, resultó herido. Tras el paso por la enfermería, Ventura ha remontado la tarde consiguiendo cortar un total de tres orejas que le han hecho merecedor de salir por la Puerta Grande. El rejoneador, muy afectado por el golpe y el dolor que sufría en el hombro, decidió salir de la plaza a pie. 


Al primero de la tarde, del hierro de Pereda, lo paró muy templado con Carbón. El toro salió suelto y le colocó dos rejones de castigo. En banderillas comenzó con Galán y cuando galopaba de costado el toro alcanzó al caballo y éste se cayó, corneándolo en el suelo. Ventura se dolía del hombro izquierdo.

Cambió a Wellington y puso tres banderillas al quiebro que levantaron la faena ante un toro parado y muy reservón. Completó el tercio de banderillas con Califa clavando tres cortas, haciéndolo todo él. Mató de dos pinchazos y un metisaca. Silencio.

Debido al fuerte golpe sufrido se alteró el orden de lidia y en segundo lugar salió el toro de Bohórquez. Lo paró con Demonio muy bien, templando, clavando un rejón de castigo y adornándose con pasadas con la bandera. 



En banderillas templó con Nazarí en ajustadas galopadas de costado y colocó dos banderillas con mucha verdad. Apostó seguidamente por la yegua Milagro y dio un quiebro increíble con la grupa en las tablas y el toro encima. El segundo fue otro quiebro bueno.

Terminó de nuevo con Califa clavando tres cortas al violín muy ligadas. Un buen par a dos manos cerró su excelente faena. Pinchó de nuevo, perdiendo los trofeos.

Al tercero, de Partido de Resina, lo paró con Girasol, le colocó dos rejones de castigo y lo toreó muy bien con la bandera.

En banderillas, con un toro parado y poco colaborador, comienzó con Cheke con dos quiebros enormes. A continuación sacó a Oro, que reaparecía después de una larga lesión. Con él puso dos grandes palos citando al toro galopando a tres manos. 



Terminó con Califa poniendo dos cortas con un toro completamente parado. Mató de tres pinchazos y rejón.

El cuarto toro fue de Miura, un ejemplar que superó los 600 kilos y que salió con muchos pies. Diego lo templó muy bien con Buena Vibra de salida y puso dos rejones de castigo.

En banderillas sacó a Nazarí y templó muy bien de costado la embestida del de Miura, que se dejó mucho y le permitió hacer el toreo grande. A continuación sacó a Ordóñez y colocó dos palos batiendo muy bien la suerte, aunque el toro estaba ya bastante orientado.



La pena fue que otra vez falló con el acero montando a Califa y perdió lo que serían dos orejas seguras después de una faena importante que había llevado la emoción al tendido.

Al quinto lo paró con la garrocha montando a la yegua Regalito, con la que sorteó bien los arreones del toro de Cubero.

En banderillas compartió el tercio con Andrés Romero y Francisco Palha, que estuvieron a un excelente nivel. Diego cerró el tercio con un palo al violín de bonita factura. Añadió dos cortas y se adornó con el sombrero. Esta vez por fin mató de rejonazo certero y cayeron las dos orejas. 



Ventura apostó fuerte en el sexto, esperando a portagayola al toro de Juan Pedro con Chocolate, que estuvo muy bien en los rejones de castigo.

En banderillas sacó a Pegaso y batió con una pureza increíble en un primer palo mientras le cantaban desde el tendido. La segunda banderilla citó de punta a punta de la plaza y clavó con mucha verdad. También en la tercera, con mucho ajuste. 

Se atrevió incluso a echar pie a tierra en este toro, 
recetando una primera serie de derechazos con mucho gusto. Después el toro se puso muy complicado y Diego se atrevió a matarlo a espada recetando una gran estocada. El presidente concedió sólo una oreja de las dos que pedía el público.

Ventura no pudo salir a hombros, muy molesto con el golpe recibido en su primer toro, pero sí sonaron para él las palmas a compás de esta tierra onubense. El público recompensaba de esta forma el enorme esfuerzo realizado por el torero.

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