Talavante es el único matador que abrió la Puerta Grande, pero también destacan nombres como Fandiño, Adame, Aguilar, Ferrera y Perera
IGNACIO GIL
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Han concluido las dos Ferias madrileñas:
un mes de corridas, todas las tardes. Pocos espectáculos soportan
eso... Lo fácil es decir que no ha pasado nada de interés pero no sería
justo: han sucedido bastantes cosas, buenas y malas. Estos son los datos básicos.
Ha habido gran asistencia de público en San Isidro,
aún con carteles flojos; muy escasa, en la segunda Feria, sin
obligación de abonarse. Queda claro que es el abono el que salva los
resultados económicos, con la crisis.
Sólo un torero de a pie, Alejandro Talavante, abre la Puerta Grande; compensa así el poco feliz resultado con seis Victorinos. A punto de abrirla han estado Alberto Aguilar(por una discutida decisión presidencial) y Joselito Adame (por la espada): los dos son las grandes revelaciones de este año.
La máxima expectación la han despertado Morante y Manzanares.
El primero ha heredado la leyenda que envolvía a Curro Romero: sus
partidarios se contentan con sus detalles estéticos. El segundo, que no
parece estar a su máximo nivel, sufre la exigencia que ha acompañado
aquí a tantas grandes figuras.
Ha abierto también la Puerta Grande (y ha podido hacerlo en dos ocasiones) Diego Ventura, indiscutible as actual de los rejoneadores.
Otros triunfadores
Otros triunfadores claros: Ferrera, maduro lidiador; Perera, muy firme;Fandiño, herido grave, que merece ya ser considerado primera figura. También han cortado un trofeo Saldívar, Castella, Manzanares, Uceda Leal, y, bajo el granizo, Juan Bautista, Juan del Álamo y Diego Silveti.
Ha sido el año de los diestros mexicanos: además de los citados, ha estado digno el herido Sergio Flores. También, la Feria de los confirmantes:
David Galván, López Simón, Ángel Teruel, Chechu (herido), Pérez Mota.
De los novilleros, recuerdo a Roberto Blanco y el valor de Sebastián Ritter.
Las ganaderías
Han fallado muchas ganaderías de las llamadas
«comerciales». Ésta ha sido la principal causa del aburrimiento general.
Repito una vez más: sin toros
con casta y poder, el espectáculo se hunde, carece de emoción. Eso es
lo que sucede en Las Ventas demasiadas tardes. Han tenido notable
interés los encierros de Escolar, Alcurrucén, Bohórquez, Pedraza de Yeltes, Parladé, Victoriano del Río y Adolfo Martín.
Toros destacados: el 4º de Escolar; el 1º de Alcurrucén; el 4º de
Bohórquez; el manso encastado de Victoriano del Río al que corta las
orejas Talavante; el gran sobrero de González Sanchez-Dalp... No todos
han sido aprovechados.
La cuadrilla de Castaño
Con los Cuadris, se vive algo extraordinario, la vuelta al ruedo del picador Tito Sandoval y los banderilleros David Adalid, Fernando Sánchez y Marco Galán:
todos, de la cuadrilla y con el permiso y estímulo de Javier Castaño,
que merece también compartir su éxito. Aunque algunos lo han criticado,
creo que se lo ganaron limpiamente, por clamor popular, y recuperaron
unos tercios que tantas veces son puro trámite.
Resulta evidente que las Ferias madrileñas necesitan un replanteamiento: en época de crisis, hay que ofrecer menos festejos y más calidad.
Las figuras se deben comprometer más; los ganaderos, recuperar la casta
perdida. Sin eso, seguirá reinando el aburrimiento. ¿Lo entenderán los
profesionales?
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