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MIGUEL ÁNGEL GARCÍA NO desesperen, la tan mencionada Puerta Grande ahí seguirá, aunque a piedra y lodo, no se moverá. Más cerca de su cerradura jamás se habían visto a tantos mexicanos, y menos con un muestrario del bien torear que tanto se había anhelado. Más allá de las orejas que se cortaron o no y de abrir al portón o no, lo que se ha conseguido y lo más trascendental es el nivel taurino que hoy mismo ha posicionado a México como un país con potencial alto en lo que se refiere a fiesta brava. Nadie ha fracasado, de los cinco coletas que fueron a comparecer, cada uno ha dejado un algo para la afición, sea poco o sea mucho. La suerte tampoco estuvo a favor de todos. El proceso para haber llegado a Las Ventas con este nivel de toreo no ha sido de un año a otro, realmente México había estado esperando a esta nueva camada de toreros desde que eran becerritas, desde niños, pues. El desarrollo ha sido largo, de algo así como una cincuentena de toreros que a la par se iniciaron como becerristas desde hace unos 15 años, a los exámenes rigurosos de las becerradas, escuelas, novilladas, cornadas y finalmente la alternativa se habrán logrado apenas unos diez. El resto todavía buscan llegar, algunos con posibilidades natas, aunque sin apoyo. Y otros siguen en el camino, pero ya con la brújula descompuesta. Este ha sido un proceso que jamás se había llevado acabo con las aplicaciones y profesionalismo de una escuela como Tauromagia o de una empresa y casa de apoderamiento como Espectáculos Taurinos de México. Y en el caso de Joselito, haber caído con los apoderados correctos desde su niñez: Pepe San Martín, Roberto Fernández "El Quitos" y ahora Casa Toreros. Pero en su conjunto, la mentalidad de estos nuevos toreros finalmente es la que les abrió la visión para ser mejores cada uno en su estilo. No era de llegar así como así y abrir la Puerta Grande, la historia no se escribe en un día, no obstante, se dieron pasos agigantados en el Viejo Continente para que casi medio siglo después México esté regresando a su nivel, al gusto de la afición europea que más que nunca ha acogido con respeto el desempeño de los espadas. El proceso para que este nuevo grupo de toreros coloque a México en una potencia taurina no termina, avanza sin detenerse; cabe destacar que un numero importante de orejas cortadas en Las Ventas, en esta temporada, corrió a cargo de espadas mexicanos. Precisamente esto nos habla del gran avance que México ha logrado en cuestión de torería, me refiero a formas, estilos y técnica. Lo que sucedió en esta temporada en Madrid no es más que resultado de una nueva generación de que entiende a la perfección la palabra "triunfo", que gracias a ello ha revolucionado la historia del toreo mexicano y que se encuentra más cerca no sólo de conquistar Madrid, sino de las plazas donde les pongan en Europa. El proceso de estos jóvenes, ya encaminado desde hace muchos años, tuvo como visión los resultados que hasta ahora se están dando, en el momento justo de acuerdo a sus procesos. Y precisamente, de acuerdo a esto, podemos mirar que para el próximo año esa afanosa búsqueda por abrir una puerta podría no sólo ocurrir una, sino varias veces. Primero se anhelaba una sola oreja para romper la sequía de 13 años. No fue una, sino cuatro en una misma temporada. Por eso, y de seguir los toreros con la misma intención y preparación, el año próximo por qué no hablar de varias puertas grandes. Tomemos las cosas con calma, lo importante es que todo va encaminado correctamente a este inminente hecho que después será muy normal. Y el hecho de que nadie abrió la Puerta Grade o que algunos no cortaron orejas no significa en lo absoluto que haya sido un fracaso, de ninguna manera. Es todo lo contrario, esto habla de que el proceso de cada torero va encaminado muy bien, con un futuro predominante que les pondrá a todos en los cuernos de la luna. Diego Silveti, Arturo Saldívar, Joselito Adame, Juan Pablo Sánchez y Sergio Flores tienen un alto potencial; este año Las Ventas ha sido de gran aprendizaje y su pronta temporada en México será para ratificarse y ponerse más a tono con miras ya a la próxima temporada europea. Pero e ahí la clave y el que se definan, por que no sólo es llegar a Madrid y cortar una oreja, el punto es mantenerse y mejorar el nivel por mucho. Porque acá en México la afición espera ver eso de lo que tanto se habló en Madrid, menos no. Estos jóvenes tienen la oportunidad y la responsabilidad ahora de afianzar y dirigir la fiesta de toros mexicana y hacerla más competitiva, porque detrás de ellos vienen más camadas, tanto de novilleros como de becerritas, y a estos prospectos se les debe mostrar que ser torero no es como antes, que ya no hay cabida para vagos ni para "paganinis". Hoy el toreo mexicano es más serio. Y acá en México no se olvide que se encuentra Octavio García "El Payo", hoy por hoy el espada con más sapiencia de esta camada, incluso el más veterano y ahora mismo el único que puede pelearle en mano a mano a nuestra primera figura en México: "Zotoluco". Luego de un "bajón" debido a temas extrataurinos, Octavio tuvo la madurez para sobreponerse, retomó sus raíces y ahora está convertido en un león. Auque este año no compareció en España, pese a que Octavio en este momento goza de un sitio impresionante, seguro que para el próximo engrosará el contingente, o lo completará, ya que tal vez para 2014 no regresen los mismos mexicanos. Tal vez sí, tal vez sean más. Todo depende del ahora y hasta el próximo mayo. Ni Juan Pablo y menos Sergio se pueden calificar de haber estado mal; la palabra triunfar, tan subjetiva como el toreo, tampoco se les puede etiquetar porque no cortaron orejas. Lo que se debe hacer es mirar de cerca la madurez de ambos, como de todos los demás. Juan Pablo pechó con un mal lote, y de acuerdo a la idiosincrasia del público de Las Ventas, por más que el hidrocálido hubiera buscado agradar, definitivamente nada habría conseguido de todos modos. Cosas de Madrid y cosas de México, ya que por estos lugares el empeño de buscar embestidas hasta hacer romper al toro tiene más valor. No fue una tarde para Juan Pablo, pese a que el ganado de Alcurrucén ha sido con el que ha hecho gran parte de su carrera. Pero ese día los mejores ejemplares no estaban destinados para él. Por su parte, Sergio tuvo que pagar caro ese movimiento de muleta, lo que seguro le habrá dejado una gran enseñanza. De cualquier manera, son dos toreros que están dentro de este gran potencial que México mostró en Madrid. Una tarde no hace a un torero. No quiero que suene a pretexto, pero este año, quizás más allá de una Puerta Grande, fue para mostrarle al mundo taurino que México actualmente goza de excelentes toreros, que el México de ayer quedó enterrado y que el futuro de nuestra fiesta se observa más y mejor reforzada. Europa debe de saber que hoy más que nunca cuenta con una valiosa valija de espadas para todas y cada una de sus plazas, con la categoría y respeto que se han ganado. Que en estos toreros también está el futuro de España, porque, aunque de México o de España, una figura siempre debe de ser mundial. El país Azteca pisó fuerte este año en Madrid y eso debe ser una atención fuerte para todo el empresarial taurino y que de una vez por todas termine de construirse el puente para cruzar de ambos lados abiertamente, con una sola bandera. México espera ya con alegría el regreso de sus valientes. Gracias, España, por haber acogido a estos cinco mexicanos como parte de ustedes. Tarde, pero en el momento justo. LA Puerta Grande no se moverá. |
miércoles, 12 de junio de 2013
Nuevos toreros, nueva historia
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