Le retiran los últimos puntos de la lengua
El maestro sevillano, que ayer regresó a las plazas de toros, narra a APLAUSOS cómo se produjo el percance sufrido en el campo
Ángel Berlanga
"El toro me cortó la lengua y me partió el paladar y eso va a obligarme a comer papillas más tiempo del que me gustaría", afirma con sentido del humor.
José Antonio Campuzano "reapareció" ayer en una
plaza de toros tras el grave percance que sufrió hace unos días en el
campo. Fue en Marbella, acompañando al joven novillero sin picadores
peruano Andrés Roca Rey. "Ya no podía aguantar más, necesitaba volver a mi mundo",
expresa el maestro sevillano, a quien esta mañana se le han retirado
los últimos puntos de la lengua en el Hospital Virgen Macarena de
Sevilla."Me encuentro bien", afirma Campuzano; "estas cornadas del cuello, si no te dejan seco en el acto, suelen sanar rápido y afortunadamente la herida ha curado perfectamente. Me han quitado todos los puntos y lo único que me molesta aún es la placa que tengo en el maxilar superior. El toro me cortó la lengua y me partió el paladar y eso va a obligarme a comer papillas durante mínimo un mes y medio, que es más tiempo del que me gustaría. De todos modos, si no hablo mucho y no abro la boca apenas se notan los destrozos. Gracias a Dios estoy muy bien".
El maestro asegura no acordarse apenas del percance sufrido en la ganadería de Fuente Ymbro cuando acompañaba a su torero Alberto Aguilar: "Recuerdo que el toro salió de la plaza, que se había escapado a un corral y que lo metimos para dentro. Yo le había pegado dos capotazos para intentar que no se saliera más y en un momento que me distraje se me arrancó, me cogió por sorpresa y no recuerdo nada más. Cuando recuperé la conciencia vi a todo el mundo muy asustado y preocupado pero yo no sabía qué estaba ocurriendo".
Aunque esté retirado, son ya varios los sustos que ha padecido en su faceta como apoderado. Hace unos años sufrió en Cartagena de Indias una cornada al tratar de quitar de encima un toro a su entonces poderdante Sebastián Castella: "Estoy en el toro y sé que estas cosas pueden pasar, pero es el mundo que me apasiona. El otro día cogí el capote -reconozco que me gusta siempre estar en un burladero con un capote en la mano por si sucede cualquier cosa- y me tocó a mí, qué le vamos a hacer. Esto es así y la culpa sin duda la tuve yo que le perdí la cara al toro".
Para el ecijano, "lo peor ya ha pasado. El postoperatorio de los tres o cuatro primeros días fueron los momentos más duros y dolorosos pero gracias a Dios estamos de nuevo en la brecha y otra vez dispuesto a todo" y matiza: "Cuando pase un tiempo me verán si la dentadura ha acoplado bien o hay que implantar algún diente".
Campuzano, que agradece "a todos los medios de información y aficionados de España, Francia, Portugal, América… que me han demostrado una vez más el cariño y la devoción que tienen por mi persona", ya puede hacer vida casi normal. "Ya vuelvo al apoderamiento, a los despachos, los callejones… y a viajar mucho, eso que no falte".
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