Hoy en Valencia, a los cien años de edad
APLAUSOS
Leandro Martínez Toledo, abuelo materno del
diestro Enrique Ponce y el principal responsable de su vocación taurina,
ha fallecido hoy en Valencia a los cien años de edad. Leandro, que
nació el 13 de marzo de 1913 en Motilla del Palancar (Cuenca), fue
novillero en su juventud, anunciándose como "El Motillano".
A principios de los años 80 comenzó a inculcar a su nieto Enrique su pasión por el toreo y vio cumplido su sueño de que se convirtiera en figura. El funeral y posterior entierro de los restos de Leandro Martínez tendrá lugar este sábado a las 17 horas en la iglesia de Chiva. El velatorio será en el tanatorio municipal situado en el polígono de la localidad.
Desde Aplausos queremos hacer llegar nuestro más sentido pésame al maestro Enrique Ponce, así como a todos los familiares y allegados del fallecido. Descanse en paz.
SU GRAN VALEDOR
Leandro Martínez Toledo supo encauzar la afición, la vocación y las cualidades toreras de Enrique Ponce desde que era un niño. Él fue su descubridor y su inseparable guía en los primeros pasos taurinos del que con el tiempo llegaría a ser máxima figura del toreo.
Leandro Nace en Motilla del Palancar (Cuenca) el 13 de marzo de 1913 y allí vive los primeros años de su infancia. Desde muy niño se despierta en él la afición por la Fiesta mientras leía las crónicas taurinas de ABC en la peluquería donde estaba como aprendiz. Tanto le atrae el toreo que a los once años se pone delante de un becerro por primera vez en Almodóvar del Pinar (Cuenca).
Más tarde se traslada a Chiva (Valencia) para ejercer como oficial de peluquería y un año después trabaja en Albal (Valencia), donde conoce a Roque Gimeno, empresario y apoderado que le echa una mano y le pone en sus primeras becerradas en Sueca, Silla, Picasent, Benetúser, Alcocer y Benaguacil. Leandro sobresale en estos festejos y comienza a torear en la parte seria del espectáculo cómico taurino ‘El Empastre’, con el que va a plazas como Pamplona, Teruel, Requena, Alicante y Utiel, entre otras. Llega a torear cuatro tardes en la plaza de Valencia y dos en Las Arenas de Barcelona.
La guerra civil trunca la carrera de Leandro Martínez, conocido taurinamente como ‘El Motillano’. Es llamado a filas y tiene que abandonar los ruedos definitivamente. Terminada la guerra vuelve a Chiva, donde contrae matrimonio con Enriqueta Yuste Blay, hija del dueño de la peluquería en la que trabajaba. De este matrimonio nacen dos hijas, un hijo, que a su vez le dan siete nietos.
Leandro intenta despertar en todos ellos la afición por el toreo, pero de los siete, sólo Enrique demuestra verdaderas cualidades, las mismas que le han llevado, gracias a los sabios consejos del abuelo Leandro, que le enseñó la técnica y el arte de torear, a ser máxima figura del toreo.
A principios de los años 80 comenzó a inculcar a su nieto Enrique su pasión por el toreo y vio cumplido su sueño de que se convirtiera en figura. El funeral y posterior entierro de los restos de Leandro Martínez tendrá lugar este sábado a las 17 horas en la iglesia de Chiva. El velatorio será en el tanatorio municipal situado en el polígono de la localidad.
Desde Aplausos queremos hacer llegar nuestro más sentido pésame al maestro Enrique Ponce, así como a todos los familiares y allegados del fallecido. Descanse en paz.
SU GRAN VALEDOR
Leandro Martínez Toledo supo encauzar la afición, la vocación y las cualidades toreras de Enrique Ponce desde que era un niño. Él fue su descubridor y su inseparable guía en los primeros pasos taurinos del que con el tiempo llegaría a ser máxima figura del toreo.
Leandro Nace en Motilla del Palancar (Cuenca) el 13 de marzo de 1913 y allí vive los primeros años de su infancia. Desde muy niño se despierta en él la afición por la Fiesta mientras leía las crónicas taurinas de ABC en la peluquería donde estaba como aprendiz. Tanto le atrae el toreo que a los once años se pone delante de un becerro por primera vez en Almodóvar del Pinar (Cuenca).
Más tarde se traslada a Chiva (Valencia) para ejercer como oficial de peluquería y un año después trabaja en Albal (Valencia), donde conoce a Roque Gimeno, empresario y apoderado que le echa una mano y le pone en sus primeras becerradas en Sueca, Silla, Picasent, Benetúser, Alcocer y Benaguacil. Leandro sobresale en estos festejos y comienza a torear en la parte seria del espectáculo cómico taurino ‘El Empastre’, con el que va a plazas como Pamplona, Teruel, Requena, Alicante y Utiel, entre otras. Llega a torear cuatro tardes en la plaza de Valencia y dos en Las Arenas de Barcelona.
La guerra civil trunca la carrera de Leandro Martínez, conocido taurinamente como ‘El Motillano’. Es llamado a filas y tiene que abandonar los ruedos definitivamente. Terminada la guerra vuelve a Chiva, donde contrae matrimonio con Enriqueta Yuste Blay, hija del dueño de la peluquería en la que trabajaba. De este matrimonio nacen dos hijas, un hijo, que a su vez le dan siete nietos.
Leandro intenta despertar en todos ellos la afición por el toreo, pero de los siete, sólo Enrique demuestra verdaderas cualidades, las mismas que le han llevado, gracias a los sabios consejos del abuelo Leandro, que le enseñó la técnica y el arte de torear, a ser máxima figura del toreo.
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