miércoles, 18 de septiembre de 2013

La tauromaquia ligada a la historia de México






ALLENDE

NUESTRO amigo Ricardo Zurita, abogado de profesión y uno de los principales defensores de la fiesta brava en México, que además encabeza el gremio de CONTOROMEX, nos envió un artículo muy interesante ahora que México celebró 203 años de independencia. Se trata de los insurgentes taurinos, que han estado ligados a través de la historia a la fiesta brava mexicana, dos de ellos, emblemáticos caudillos de nuestra Independencia: Miguel Hidalgo e Ignacio Allende, uno ganadero y el otro torero. Aquí, un extracto de la historia con citas de algunos libros.

CURA MIGUEL HIDALGO

Por los años 1800 el padre de la patria Miguel Hidalgo fue propietario de las haciendas de El Jaripeo, Santa Rosa y San Nicolás (ubicadas en Michoacán), en las que sus secciones de la crianza de toros de lidia fueron administradas y atendidas directa y personalmente por Miguel Hidalgo. En 1808, al morir su hermano Manuel, Miguel Hidalgo heredó en su totalidad las tres haciendas, mismas que después le fueron embargadas por el gobierno realista virreinal. Antes, por el año de 1800, en la plaza de Acámbaro, Guanajuato, fueron lidiados 80 toros de la hacienda de El Jaripeo.

Libro: "Memorias del último de los primeros soldados de la Independencia", de Pedro Sotelo, publicado por Juan Hernández y Dávalos, en su colección Documentos para la historia de la guerra de Independencia de México (1800 a 1821): "A principios de 1810, estando en Dolores, a la casa del cura Miguel Hidalgo llegaron los capitanes Ignacio Allende, Juan Aldama, Abasolo y Mariano Jiménez, se reunieron en privado por largo tiempo, al término de su junta, fue tal el gusto que les causó el resultado de su comisión, que dispusieron organizar una corrida de toros. En esa corrida toreó don Ignacio Allende y luchó con un toro, con cuya acción dejó admirados a los espectadores que lo aplaudieron con vítores y palmoteos".

GRAL. IGNACIO ALLENDE

Folleto: "Ignacio Allende, su tiempo y circunstancia", de Guadalupe Meza: "En 1801 en San Miguel, Ignacio Allende estuvo en riesgo de morir al sufrir un grave accidente en una práctica de toreo, de la que resultó con el brazo izquierdo roto, extremidad que nunca recobró en su movilidad normal, además, por lo complicado del suceso recibió golpes en la cara que le rompieron la nariz, deformándole el rostro para el resto de su vida".

Libro: "Mocedades de Ignacio Allende (1951)", de Fausto Antonio Marín: "Ignacio Allende, notable maestro de la charrería, logró significarse en el dramático arte de Cúchares, lo que realizó sin prevenciones mayores y largar el rojo trapo ante los cuernos sobrecogedores de los toros de sangre asesina fue asunto de cotidiana entrega de Allende, tanto en encierros improvisados por los hacendados del Bajo, como en formales corridas y festivales taurinos y religiosos, aun en patios y corrales Allende era el torero tras del cual iban los vítores entusiastas de los espectadores.

Iniciada la lucha de Independencia de 1810, al día siguiente de la batalla de la Alhóndiga de Granaditas, durante 20 días la villa parece una enorme feria, tras la procesión, misas, rosarios y sermones, sobresalieron las corridas de toros en las que se lidiaron los toros más famosos por su bravura, en los que el osado Ignacio Allende resultó eminente triunfador".

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