Plaza de toros de Melilla |
Melilla. La plaza de toros de Melilla abrirá mañana sus
puertas, como cada año, con motivo de la Feria de la ciudad, para volver
a albergar una corrida de toros, lo que la mantiene como el único coso
activo de todo el continente africano.
El Cordobés, El Fandi y José María Arenas serán los
encargados de hacer el único paseíllo previsto en la conocida como la
Mezquita del Toreo, sobrenombre que le puso el conocido crítico taurino
Gregorio Corrochano.
Inaugurada en 1947, la plaza de toros de Melilla es de estilo mozárabe, color blanco y albero, y cuenta con 8.137 localidades y un ruedo de 44 metros de diámetro.
Se estrenó en un año muy recordado en la historia de la tauromaquia, el de la muerte de Manolete, que figuraba en el primer cartel, pero no pudo actuar debido a su muerte en Linares.
También en Melilla Francisco Rivera "Paquirri" cortó el último rabo de su carrera, unos días antes de que el toro "Avispado" acabara con su vida en Pozoblanco.
Pero si organizar un festejo taurino es de por sí difícil, mucho más en una ciudad situada lejos de la península, como es el caso de Melilla, ya que los costes y los esfuerzos se incrementan.
Según ha explicado hoy a Efe el presidente de la plaza, el diputado nacional de PP Antonio Gutiérrez, sólo el hecho de desplazar el ganado desde la península es complicado, ya que en el trayecto los toros suelen perder una media de entre 50 y 60 kilos.
Por ello se llevan a los corrales de la plaza melillense con cierta antelación, para que las reses puedan recuperarse de un largo viaje, primero en carretera y luego en barco.
Gutiérrez, que cumple su decimoséptimo año en la Presidencia de la plaza, ha resaltado la importancia de seguir apostando por la denominada fiesta nacional, fomentando su cantera para evitar que haya "una generación perdida" debido a las dificultades sociales y económicas que atraviesa el mundo del toro.
El presidente del coso melillense apuesta por ayudar, por ejemplo, a los novilleros, algunos de los cuales, incluso, llegan a pagar por actuar, así como por acercar la fiesta al público en general.
En el caso de Melilla, existe más público que aficionados, ya que, según Gutiérrez, es el único espectáculo que en la ciudad consigue congregar a unas 4.000 personas en un mismo recinto.
Pese a que no serán todas las corridas que a los taurinos les gustaría, y que son demasiadas para los que se oponen a este tipo de festejos, la "Mezquita del Toreo" seguirá siendo el único coso activo del continente africano, después de que las marroquíes de Tánger y Tetuán, y la argelina de Orán formen ya parte del pasado. EFE
Inaugurada en 1947, la plaza de toros de Melilla es de estilo mozárabe, color blanco y albero, y cuenta con 8.137 localidades y un ruedo de 44 metros de diámetro.
Se estrenó en un año muy recordado en la historia de la tauromaquia, el de la muerte de Manolete, que figuraba en el primer cartel, pero no pudo actuar debido a su muerte en Linares.
También en Melilla Francisco Rivera "Paquirri" cortó el último rabo de su carrera, unos días antes de que el toro "Avispado" acabara con su vida en Pozoblanco.
Pero si organizar un festejo taurino es de por sí difícil, mucho más en una ciudad situada lejos de la península, como es el caso de Melilla, ya que los costes y los esfuerzos se incrementan.
Según ha explicado hoy a Efe el presidente de la plaza, el diputado nacional de PP Antonio Gutiérrez, sólo el hecho de desplazar el ganado desde la península es complicado, ya que en el trayecto los toros suelen perder una media de entre 50 y 60 kilos.
Por ello se llevan a los corrales de la plaza melillense con cierta antelación, para que las reses puedan recuperarse de un largo viaje, primero en carretera y luego en barco.
Gutiérrez, que cumple su decimoséptimo año en la Presidencia de la plaza, ha resaltado la importancia de seguir apostando por la denominada fiesta nacional, fomentando su cantera para evitar que haya "una generación perdida" debido a las dificultades sociales y económicas que atraviesa el mundo del toro.
El presidente del coso melillense apuesta por ayudar, por ejemplo, a los novilleros, algunos de los cuales, incluso, llegan a pagar por actuar, así como por acercar la fiesta al público en general.
En el caso de Melilla, existe más público que aficionados, ya que, según Gutiérrez, es el único espectáculo que en la ciudad consigue congregar a unas 4.000 personas en un mismo recinto.
Pese a que no serán todas las corridas que a los taurinos les gustaría, y que son demasiadas para los que se oponen a este tipo de festejos, la "Mezquita del Toreo" seguirá siendo el único coso activo del continente africano, después de que las marroquíes de Tánger y Tetuán, y la argelina de Orán formen ya parte del pasado. EFE
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