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El torero Alejandro Talavante,
uno de los más destacados de la temporada que finaliza, ha viajado a
México con su nuevo apoderado, el que fuera matador de toros Curro
Vázquez, para iniciar una «relación de plena confianza entre toreros»,
como ellos mismos la definen.
"Llevo ya siete años de alternativa, y este cambio de apoderamiento responde a mis nuevas necesidades», explica en entrevista con Efe el propio Talavante, tras romper su relación profesional con Manuel Martínez Erice, empresario de la plaza de toros de Madrid.
El torero de Badajoz considera que este «no es un cambio
tan radical como puede parecer. Mi carrera va a seguir la misma senda,
pero con Curro Vázquez voy a matizar muchos aspectos técnicos y estéticos
para llegar al nivel que quiero. Necesito que alguien como él me
despierte las sensaciones que hay que tener delante del toro para
trascender más».
Por su parte, Curro Váquez, que ha pasado una temporada sabática después de apoderar a Cayetano y a Morante de la Puebla, cree que Talavante, con veinticinco años, «tiene mucho campo para evolucionar. No es que su carrera estuviera mal gestionada, pero este cambio le va a ayudar a mantener la ilusión por torear».
«Los toreros mejoran año a año no sólo en calidad sino en su forma de interpretar el toreo. Recuerdo que Antonio Bienvenida, cuando ya había cumplido los cincuenta, me dijo que seguía aprendiendo todos los días, y Alejandro me ha trasmitido ese mismo afán de superación que yo le puedo fomentar con mi experiencia», dice el nuevo apoderado.
Durante las cuatro últimas temporadas, Talavante ha sido apoderado por lo que en el mundo del toro se conoce como una casa grande, una fuerte empresa con la que, contra la opinión general, el extremeño cree que existe «la misma presión profesional».
«No por estar con una empresa grande se te facilitan las
cosas en el ruedo. La obligación de triunfar es la misma. Claro que
desde esta independencia administrativa a la que vuelvo los triunfos, y los fracasos, tienen una mayor dimensión. Y lo sé por experiencia», recalca el extremeño.
Curro Vázquez añade que para este tipo de gestión independiente los tiempos en el toreo «son complicados, aunque no creo que peores que los que se viven en cualquier otro sector. Al que tiene a toda la familia en el paro no le vamos a contar ahora los taurinos cómo están las cosas económicamente».
En el balance de su temporada española de 2013, en la que ha sumado cuarenta corridas, Talavante destaca sobre todos sus otros éxitos, como la salida a hombros de Las Ventas y el triunfo en su actuación en solitario en Mérida, que fue transmitida en directo por TVE.
«En Mérida, más de un millón de personas pudieron
ver el camino por el que quiero llevar mi toreo. Fue una suerte que
estuvieran las cámaras de televisión porque ha sido, hasta ahora, una de
las tardes más importantes de mi carrera», reconoce.
En cuanto al triunfo en Madrid, que estuvo precedido por los pobres resultados de su actuación con seis toros de Victorino Martín en esa misma plaza, Talavante explica que, por eso mismo, fue «como una liberación».
Récord en el siglo XXI
«Hubo muchas excusas -los toros, el viento...- para
justificar que no pudiera hacer el toreo con los victorinos, pero más
que tener una espina clavada tuve una corona de espinas en mi cabeza hasta que me pude desquitar con esa Puerta Grande una semana después», recuerda Talavante que, con cuatro, es el torero con más salidas a hombros de Las Ventas en el siglo XXI.
«Madrid siempre es un objetivo que te obsesiona, porque,
aunque hayas triunfado ya, allí sólo cuenta el presente. Pero mi
relación con esa plaza, con todo lo que he ganado y he perdido allí, es
tan especial que siento una confianza abismal cuando piso su ruedo», asegura.
Talavante y Curro Vázquez han viajado estos días a México,
donde el torero extremeño tiene firmados varios contratos hasta las
Navidades, entre ellos el de la corrida que el próximo domingo inagurará
la Temporada Grande en la Monumental del Distrito Federal.
Casado con una mexicana y con un hijo nacido en aquel país, Talavante está muy vinculado a México,
donde pasa largas temporadas, e incluso no ha dudado en vestir el traje
de charro en el festival celebrado hace unos días en La Puebla del Río ( Sevilla).
«Pero eso no quiere decir nada. Aunque no soy nada patriotero,
no renuncio a mis raíces extremeñas. Lo que pasa es que tengo el
privilegio de poder disfrutar también del toreo mexicano, de su sabrosa
herencia y de su maravilloso concepto», matiza.
«Claro que ese es un privilegio nada fácil de conseguir,
porque México tiene unas connotaciones taurinas muy distintas a las de
España. Tu prestigio de aquí, allí no vale de nada.
Por eso somos pocos los toreros que encajamos en aquella afición»,
finaliza Talavante con la mente puesta ya en los ruedos mexicanos.
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