Álvaro Rodríguez del Moral.-
La presentación del lujoso festival
que cerrará la temporada sevillana destapó algunos de los planes que
está acariciando el senado de la torería -cuentan con el placet de las
empresas- de cara a revocar el inamovible y tradicional turno de
antigüedad de los toreros. La cabeza del cartel del próximo 12 de
octubre es el joven novillero sevillano Lama de Góngora; por detrás, ya
en el orden tradicional, figuran los matadores de toros. La tempestad en
el vaso de agua no se hizo esperar. El propio Morante declaró al
compañero Álvaro Acevedo que no iba a permitir que Lamita saliera por
delante. "El toreo es tradición y la antigüedad es lo primero, jamás lo
consentiré", señaló el de La Puebla invocando las cuatro tardes en las
que había roto plaza este año. Pero no se trata de buscar culpables
cuando se trata de un invento que viene fraguándose en la sombra en los
últimos años. Y la mayor parte de las grandes figuras andan metidas en
un ajo que quiere justificar la medida en la promoción de jóvenes
valores aunque el verdadero motor que la alienta es el pavor a abrir
plaza. No tiene más vueltas. Sevilla Taurina
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